A esta conclusión arribaron científicos de la Universidad de Córdoba, España. Detectaron una relación entre la actividad física moderada, los niveles hormonales y las características de los espermatozoides.
Difundir las bondades del ejercicio físico está de moda. Y un estudio, publicado en la revista European Journal of Applied Physiology, acaba de subirse a la tendencia con noticias que pueden (o no) poner contento al grupete masculino. Los hombres que corren y/o practican ejercicio físico moderado tienen mejores niveles hormonales y sus gónadas producen esperma de mayor calidad.
Los responsables del estudio se propusieron analizar si la disminución en la calidad del semen en los últimos 50 años tenía alguna relación con los hábitos y estilos de vida de los hombres. Con ese objetivo, un equipo dirigido por la investigadora Diana Vaamonde estudió las diferencias en los perfiles hormonales y seminológicos entre hombres físicamente activos y sedentarios.
Se analizaron 31 parámetros de calidad del semen de los hombres, como el volumen de la eyaculación, el conteo de espermatozoides, la movilidad y la morfología de los espermatozoides. Además, se evaluó la hormona (FSH), hormona luteinizante. «Hemos analizado parámetros cualitativos seminales como el volumen de eyaculado, el contaje espermático, la movilidad y la morfología de los espermatozoides», explicó la especialista a la Agencia SINC.
Además de las hormonas foliculoestimulante (FSH), se analizaron otros valores: luteinizante (LH), testosterona (T), cortisol (C), y la tasa T/C, que dan información complementaria sobre el ambiente para el proceso de formación del esperma y sobre el estado anabólico o catabólico en el que se encuentra el organismo.
Los resultados revelaron que los sujetos físicamente activos son los que muestran los mejores valores seminológicos. Concretamente, las diferencias halladas en sus espermatozoides mostraron mejor morfología y mejor velocidad progresiva total.
Un dato interesante es que el «abuso» de ejercicio genera el efecto contrario. La misma investigadora publicó en 2010 un estudio que sugería que el esperma de los deportistas de élite, concretamente triatletas y jugadores de waterpolo, era de peor calidad que la media.
Fuente: Vida Sana, Diario Clarín.