Pepi Dillon: «Después de vencer mi timidez me animé a cantar esas versiones que había escuchado»

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La riocuartense Pepi Dillon, cantante y líder del grupo Tumbamores, afirmó en una entrevista de Página 12 que la escencia de la banda «es lo latino».
«Tal vez porque yo desde los cuatro años siempre viajé con mi abuela, ella buscando historias de mujeres aborígenes –mi abuela se definía como una cazadora de historias– y yo buscando música», expresó.
Pepi habló del próximo disco y resaltó que «hay nuevo repertorio y nueva banda». «Todos hombres y yo. Pero no fue buscado sino algo del destino. Resultaron tres varones los seleccionados de un casting de músicos y quedábamos tres integrantes de la banda anterior: Diego Soler, que es el bajista; Fernando Scheffer, que es el cuatrista, y yo. Antes la banda estaba identificada por el público como algo más femenino, mucha gente decía “las” Tumbamores. Ahora no. Y creo que por la elección de un repertorio de cumbia y de bolero, y al ser yo una cantante mujer, se arma una imagen retro. Como si te dijera Estela Raval y los Cinco Latinos», expresó.

– Sin embargo, la propuesta con el público no varió, porque los recitales siguen siendo una fiesta lésbica…

–Yo creo que es por el repertorio. Y por la historia de la banda, de haber tocado algunas veces en la Marcha del Orgullo, en Casa Brandon y espacios afines. Además voy buscando lugares que tengan que ver con esto. Con respecto a las canciones, si es a una mujer, yo le canto a una mujer, y si es una canción a un hombre, le cambio el género. Lo siento así. En el momento de dedicar una canción de amor a alguien es a ella, a una mujer, a la que me imaginé.

– Ustedes empezaron haciendo temas de Lila Downs, ¿pensás que es un icono lésbico?

–No, para nada. Mi relación con ella pasa por haber encontrado mi voz a través de ella, después de conocerla. Puede ser que al principio me haya gustado como mujer, pero después su cuestión tan yanqui, estar con un tipo gringo y cantar tantos temas en inglés hizo que me apartara. Para mí cambió de faceta y se comercializó. Perdió eso de ser una india de Oaxaca que demostraba ser con su imagen y repertorio.

– Tu búsqueda siempre tiene que ver con las raíces latinoamericanas, ¿verdad?

–Casi siempre. Lo que me moviliza es lo latino. Tal vez porque yo desde los cuatro años siempre viajé con mi abuela, ella buscando historias de mujeres aborígenes –mi abuela se definía como una cazadora de historias– y yo buscando música. El primer disco que me compré en la vida fue el de Los Wawancó, así que algo había ahí que me llamaba la atención. En mi casa no se escuchaba eso sino bossa nova. Todo el resto lo fui rastreando yo. En el año 2000, cuando me fui a España, quise empezar a juntar música de mujeres españolas y latinoamericanas. Ahí empecé a encontrar mujeres que me fascinaron. Después de vencer mi timidez me animé a cantar esas versiones que había escuchado.

¿Se podría decir que así empezó el proyecto de Tumbamores?

–Sí. Tumbamores significó y significa muchas cosas, distintas, que variaron con el tiempo. Una cosa fue lo que pensé al principio sobre esa palabra y otra las significaciones personales que le fui dando después. A mí lo que me gustaba era eso del tumbar de los tambores, de los amores que te tumban, del bolero que está siempre ahí en una lucha con el enamoramiento. Te olvidé –dice el bolero–, pero si me llamás, estoy con vos enseguida. No me pasa nada con vos y, sin embargo, no te puedo olvidar.

 

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