Jéssica Oviedo es madre de 3 hijos y está embarazada. Desde los 14 años se prostituye y es adicta a las drogas. Su abogado dijo que era sometida a vejámenes por parte del hombre asesinado.
La Cámara Segunda del Crimen condenó a 12 años de prisión a Jéssica Oviedo por el crimen del taxista Salvador Beraldi, ocurrido el 10 de enero pasado.
El Tribunal la consideró culpable de un hecho de robo previo y por mayoría, la dictaminó responsable de homicidio simple.
Jéssica Oviedo, de 25 años, había reconocido ser la autora del hecho cuando se presentó junto a su mamá en la Unidad Departamental de Policía, horas después de ultimar de 20 puñaladas a Beraldi.
La joven es madre de 3 hijos y está embarazada. Desde los 14 años se prostituye y padece una adicción a las drogas.
El doctor René Bossio, abogado de Oviedo, manifestó que la jornada del crimen “pudo haber existido defensa personal y otros atenuantes, como la emoción violenta”.
“Tuvo un desequilibrio por circunstancias sexuales. Desde la defensa creemos que está acreditada una situación de violencia y sometimiento hacia la chica. Ella era prostituta pero, al fin y al cabo, es una persona y fue víctima de esto”, manifestó.
«Fue un juicio histórico por el tipo de conductas investigadas. Esperábamos una pena menor por el cambio de calificación legal, pero no pudimos demostrar que Jésica había actuado en legítima defensa», manifestó.
La madre de la joven y otros familiares que la acompañaron en el juicio, consideraron «injusto» el fallo, al señalar que «la pena fue muy alta».
«Lo protegen porque era policía, ese tipo no se merecía nada por lo que le hacía», dijo la abuela de la imputada.
Para el fiscal, un robo
Para el fiscal, la viuda negra que asesinó al taxista Salvador Beraldi habría intentado perpetrar un robo.
El funcionario consideró que existen pruebas suficientes para apuntar a Oviedo como autora del hecho y desestimó que las heridas que sufrió la meretriz se hayan producido en un intento de defensa.
En el texto de la resolución se indicó que “el análisis de los elementos de convicción permiten válidamente reconstruir, al menos para esta etapa del proceso”.
Di Santo recordó “los dichos de su madre y de los policías que actuaron en la emergencia, quienes escucharon la espontánea declaración de la mujer que los imponía de su autoría en la muerte de Beraldi exhibiendo heridas y sangre en ambas manos”.
Añadió que el hijo de la víctima, Rubén Darío Beraldi, denunció el faltante de la billetera que su padre usualmente guardaba en el bolsillo de su pantalón y destacó que el monedero tirado y hallado en el piso de la habitación no contaba con el dinero de la recaudación .
“Destacó el testigo que la sangre estaba presente en todo el lugar, y en varias prendas de vestir de la víctima, particularmente en la zona de los bolsillos”, precisó.
Para el fiscal, el robo “operó como motivo o causa productora del homicidio” y añadió que “esto se ve robustecido no sólo por el faltante de dinero denunciado, sino por el hallazgo de un frasco de plástico color blanco con la inscripción “Seda-T Zoovet”, un fármaco apto para dormir a animales”
“Más allá de los resultados de las pruebas periciales, fue utilizado para restar vigilia a Salvador Beraldi, sedándolo o colocándolo en un estado de somnolencia, el que le podría haber sido suministrado vía oral”, indicó.
Di Santo dijo que hubo “una escasa o nula defensa de la víctima ante el desmesurado ataque recibido con el arma blanca, y la falta de lesiones defensivas constatadas en la victimaria”