Accidente adolescente

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Me interesaría en este pequeño comentario abordar  acerca del constante aumento de accidentes protagonizados por adolescentes, la mayoría escolarizados.

En el último caso, el accidente de moto en Alpa Corral, y en el cual el joven terminó, como muchas veces han terminado, en cuidados intensivos del hospital. En nuestras investigaciones sobre el riesgo adolescente y la percepción y toma de acción de los mismos, hemos  explicado taxativamente estas situaciones que forman parte de la construcción de identidades y pertenencias de la adolescencia, sin conciencia acerca de una actitud de cuidado de su propio cuerpo. Por ende se infiere, además, el contexto a que puede afectar con sus omisiones: léase riesgo social hacia terceros. Situación que nos preocupa y nos ocupa. Como investigadores de estas actitudes, nos gustaría poner el acento en el colectivo adulto, incluyendo padres y docentes, pero pareciera, en primera instancia y con una mirada un poco reduccionista, que los datos y conclusiones de nuestro estudio que fueron expresados a través de los medios de comunicación, no fueron ni son tomados e incorporados en el imaginario adulto, cada uno desde el lugar que le corresponda, para poner en práctica las estrategias necesarias para modificar estas situaciones límites lindando con la muerte o con la muerte misma, perjudicando no solo al protagonista sino al micro-ambiente familiar. Yo me pregunto: ¿Se leen en los distintos ámbitos los datos expresados en los medios de comunicación: TE, Internet, Blog, diarios de nuestra localidad y de la ciudad de Córdoba, con la seriedad necesaria que la situación conlleva? Por otro lado ¿Se realizan los análisis necesarios para establecer controles enérgicos, por parte de autoridades de poblaciones vacacionales para impedir que estos jóvenes circulen  en algunos casos siendo menores, sin registros, sin cascos? Bueno sería infinita la lista de elementos y acciones que debieran partir por parte de los encargados de poblaciones donde el turismo engrosa sus arcas. Me pregunto: ¿existe la real voluntad para poner una eficaz puesta de límites ante la expuesta negligencia que envuelve a una familia que permite que su hijo salga en esas condiciones? Pareciera que estuviera ausente el mecanismo reflexivo de las demarcaciones que deben rodear al adolescente en formación. Y esto tiene un nombre: promoción de la salud, no prevención. La promoción es pro-positiva porque apunta hacia encontrar las herramientas, técnicas y procedimientos que fortalezcan la conceptualización del riesgo a que se exponen. Pero también esta conciencia tiene que naturalizarse en el adulto, y a través de ellos proyectarlas hacia los adolescentes para que ellos mismos adquieran los elementos de su propia protección. Creo que, para nosotros sería fantástico, que de acuerdo a las estadísticas de las investigaciones (que para eso sirven) focalizaran los riesgos (cada vez más inconcientes) y de allí promover conductas sensatas en esos jóvenes.

LIC ELENA FARAH

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