Ana María Díaz, encargada de un centro comunitario desde hace 27 años.
«Le pediría al INDEC y a los políticos que recorran la pobreza de los barrios» La reflexión pertenece a Ana María Díaz, encargada del centro comunitario Riconcito del Amor desde hace 27 años.
El centro asistencial está ubicado en Tucumán al 1.600, uno de los sectores con mayor vulnerabilidad de la ciudad. Desde allí, los números de las estadísticas oficiales aparecen difíciles de asimilar.
«Me ha tocado asistir muchas familias desde una situación de mucha tristeza. Son changarines, tienen varios hijos y los sueldos no alcanzan. He recorrido mucho la ciudad y duele ver la pobreza», resaltó.
Ana María aseguró que «lo más difícil es el reclamo de los chicos» y destacó que «es importante el aporte del ´dador alegre´, como dice la Biblia».
«Le diría al señor del Indec y a los políticos que recorran los barrios. Algunos dicen que los recorren y en realidad no los conocen. Vienen en tiempos de elecciones y después no aparecen más», sentenció.
Destacó que «si todos contribuyéramos con un granito de arena, el mundo cambiaría, aunque no pudiéramos cambiarlo todo»