Desde FAA adjudican a la sequía y la sojización el impacto por la tormenta de tierra

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La situación provocó varios cortes durante la tarde de ayer en la ruta 36.

Tras la tormenta de viento y tierra que afectó a Río Cuarto y la región se reactivó el debate sobre el impacto de la producción agrícola y las condiciones actuales de los campos.
El presidente de la Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam), Raúl Montenegro, había señalado que la Provincia se convirtió «en una fábrica de polvo»  y resaltó que las tormentas de tierra “son campos que se vuelan”.
Por su parte, el dirigente de Federación Agraria, Claudio Demo, manifestó a TD Digital que «hay un estado de deterioro de los suelos pero lo que lo agravó es la sequía espantosa que afectó la región».
«Al no haber cobertura ni producción, la tierra vuela por el intenso viento. Cuando llueve no se nota tanto la situación que padecemos hoy: en un año de sequía se profundiza la problemática», indicó en diálogo con TD Digital.
Demo dijo que «si se compara la situación con hace 30 años quizás las tormentas eran más comunes y más graves por la forma de labranza».
«De todos modos, la falta de rotación de cultivos y el proceso de agricultura con la sojización han promovido un deterioro del suelo», advirtió.

El corte

Por una fuerte tormenta de viento y tierra que afectó la región, la Policía debió cortar ruta 36 durante la tarde de ayer y hubo largas colas de vehículos en la carpeta asfáltica.
Después del mediodía, las ráfagas de viento que superaron los 50 kilómetros por hora generaron que el polvo en suspensión redujera abruptamente la visibilidad y los rodados comenzaron a colocarse peligrosamente sobre las banquinas.
Ante las complicaciones del viento, desde la Policía se realizaron varios cortes en el sector de la estación de servicio Withouck, Espinillo, Baigorria y Alcira Gigena.
En cada puesto, los efectivos informaron a los conductores sobre los riesgos que provocaba la tormenta de tierra y les impidieron el paso.
Pese al accionar preventivo de la Caminera, se comenzaron a reproducir los “bocinazos” en rechazo al control y algunos afectados pedían seguir camino.
“Hace más de una hora que estamos parados y ahora vamos a intentar tomar la ruta 158 porque se puede pasar. En la ruta 36  hay lugares donde no se puede transitar porque se ve muy poco”, dijo Alberto, uno de los conductores.
Un joven motociclista que viajaba desde Capital Federal a Villa  General Belgrano manifestó su “malestar” por los cortes, aunque admitió que el fuerte viento le imposibilitaba poder conducir con seguridad el rodado.
Ricardo, quien viajaba junto a su familia hacia Baigorria debió regresar ante la falta de visibilidad. “No se ve nada, hay lugares que por el viento y la tierra no sabés quien va a adelante, así es imposible viajar”, sostuvo.
En el control de Espinillo, Marcelo, de profesión viajante, admitió la falta de responsabilidad de los conductores. “Tocan bocina y si los dejaran pasar seguirían, incluso yo también lo haría, no aprendemos más. Por tocar bocina no van a calmar el viento”, ironizó.

 

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