En la costa norte, desde la última relocalización creció hasta un 400 por ciento. Dicen que «ni el municipio, ni la Provincia controlan» «Viene gente de otras provincias y de otros países. Se instalan porque no tienen una casa y acá esta todo ocupado.», señaló uno de los vecinos.
Sobre las riberas norte y sur del río Cuarto, en cercanías del azud nivelador, prolifera la construcción de viviendas precarias y la búsqueda de terrenos abandonados.
Tras la relocalización de las villas que ocupaban los terrenos fiscales, hubo quienes resistieron la erradicación y otros que aún esperan el cumplimiento de la promesa por una vivienda digna.
A los que se quedaron se sumaron decenas de familias que llegaron de otras barriadas de la ciudad, provincias vecinas y hasta países limítrofes.
«Hay 3 casas nuevas en el barrio y ya son 13. Hay viviendas de gente que se quedó y otras de personas que se volvieron de las 400 viviendas. Acá no controla nadie», dijo una de las vecinas próximas al parque natural creado por el gobierno provincial.
Sostuvo que «la única presencia que se ve es la de Policía, pero no pueden hacer nada, y también está el señor Monti que dice ser dueño de todo».
«Acá vienen, se instalan y se ponen a construir. Incluso hay terrenos que están alambrados. Nos preocupa la seguridad porque no sabemos quien vienen», afirmó.
Por su parte, sobre la ribera norte, los vecinos señalan que tras la relocalización del 2001 quedaron solo 40 familias pero ahora son más de 200, es decir que el lugar creció un 400 por ciento.
«Viene gente de otras provincias y de otros países. Se instalan porque no tienen una casa y acá esta todo ocupado. Ahora, tratamos de ocupar los lugares que quedan para nuestros hijos», admitió Alberto, quien hace 40 años reside en el sector.
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