Se trata de los lugares ubicados en zonas prohíbidas. El plazo fue fijado por los concejales. En Río Cuarto al menos 5 compañías incumplen la ordenanza 1371, vigente desde el 2007. En las últimas semanas clausuraron dos depósitos.
El Concejo Deliberante aprobó un proyecto que obliga a los depósitos de agroquímicos ubicados en zonas prohibidas a trasladarse antes del 31 de diciembre.
Aunque inicialmente el Ejecutivo había fijado un plazo de dos años, el rechazo masivo de vecinos y el estado de algunos lugares obligó a reducir los tiempos.
En Río Cuarto al menos 5 compañías incumplen la ordenanza 1371, vigente desde el 2007. Concejales de la comisión de Planeamiento hicieron un recorrido por las firmas afectadas y detectaron “un preocupante contexto, con riesgo potencial para vecinos, centros de salud y escuelas”.
La legislación municipal otorgaba un plazo de cinco años, “contado a partir de la fecha de sanción de la presente ordenanza-25 de abril de 2007-, para que las empresas dedicadas a la comercialización y depósito de agroquímicos ubicadas en sectores no permitidos se trasladen”
En el artículo 2 se adviritó que las firmas ”deberán presentar ante la Dirección General de Planeamiento Urbano, en un plazo no mayor a 90 días, un Plan de Prevención de Accidentes y un Plan de Contingencias que contemple la seguridad de las personas, bienes y recursos naturales que se encuentren en un radio no menor de 150 metros a la redonda del depósito de agroquímicos”.
Previo a su traslado al lugar autorizado, la Empresa debía “presentar el correspondiente estudio de Impacto Ambiental y los planes de prevención y contingencias para el nuevo emplazamiento”
En los campos
La problemática alcanza también a la producción agrícola que aplica los productos en los campos de la región. Ambientalistas advirtieron sobre el impacto en regiones urbanas y el río Cuarto.
“Es espectacular la cantidad de agroquímicos que se coloca en la cuenca media y alta del río” había señalado el ingeniero Horacio de Yong, presidente de la Comisión en Defensa de las Costas del Río, al hacer referencia al impacto de la tarea agropecuaria – y en particular con la siembra directa – sobre el principal recurso hídrico de la ciudad.
En la tercera entrega de la investigación especial “Agua que no has de beber” la ingeniera Cristina Bologna, ex titular de EMOS, señaló que “en este boom con excelentes precios y rindes que tiene el campo solo se debaten las retenciones y no sobre el impacto de los agroquímicos en el río y las napas”.
Por su parte, Mónica Blarasín, geóloga de la Universidad, destacó que “al río pueden llegar contaminantes por problemas de deforestación en la cuenca y el gran uso de agroquímicos”.
“También pueden caer residuos por los basurales que se desarrollaron sobre el lecho”, indicó.
Blarasín aclaró, de todos modos, que el agua que consumimos no proviene del río sino de sus corrientes subterráneas.
El adecuado proceso de autodepuración del río permite que se eliminen contaminantes. La situación se agrava con las napas subterráneas.
Adriana Cabrera, docente de geológia de la UNRC, admitió que “las corrientes subterráneas son más difíciles de descontaminar”.
Entre las leyes, hay trampas y olvidos. A la falta de controles se sumó una amplia zona gris de responsabilidades que el río dejó correr.
Contratación
Los concejales también aprobaron la contratación de 130 personas, quienes ahora podrán percibir los haberes de julio. En el debate hubo fuertes críticas de la oposición.