La crisis mundial, y la que está atravesando Europa, no es una novedad. La representación de esta situación y del fuerte declive económico que esta aquejando al viejo continente fue Grecia y el rescate que se decidió entregarle en febrero de este año. A lo que se suma, el rescate económico a la economía española.
Los resultados de la situación económica Europa dejan en claro que una de las dificultades más importantes de la Euro Zona no han sido resueltas: las diferencias en el ritmo de crecimiento económico de cada uno de los miembros. Y hoy Alemania, con su acelerado y sostenido avance económico, uno de los primeros entre los demás países miembros, impone recetas y condiciones a las economías, que hoy ya son identificadas como la “periferia europea”.
Los tres países, que de caer en una situación económica crítica, estarían arrastrando al resto de los países de la Eurozona al colapso y crisis, son España, Grecia e Italia.
Alemania es la que más preocupada esta al respecto, y por esa razón, además de su liderazgo económico y político en la zona, es la que está tomando las decisiones e impulsando acciones para evitar la profundización de la crisis en los tres países mencionados.
Es así que, con el ánimo de preservar la zona económica europea es que se diseño un mecanismo de intervención, en aquellos países que han sido y serán rescatados por la UE. Se trata de MEDE, Mecanismo Europeo de Estabilidad, que una vez reconocido legalmente por los Parlamentos de cada uno de los países miembros de la UE, va a establecer como norma la “domesticación” e intervención de los mercados en las decisiones políticas.
Se trata de lo que Merkel denomina como marktkonforme demokratie (democracia en conformidad con el mercado). La traducción de esta nueva modalidad política europea, se ve reflejada en las intervenciones que se realizaron tanto en Grecia como recientemente en España.
Las acciones de esta nueva democracia se traducen en la pérdida de soberanía de los países que acceden a recibir los rescates millonarios, a sus economías, por parte de la UE. España, para poder salvar su economía recibirá 30.000 millones de euros, y a cambio, su ministro de economía perderá sus facultades de decisión en materia económica.
De aquí es que deriva el titulo de este artículo. Hoy parece ser una regla, quelas naciones del viejo continente se inclinan a nuevas modalidades políticas, a otra forma de organización del gobierno democrático. Uno en el cual ya no decide el pueblo, en el que ya no reside el poder de decisión, sino en los mercados y los mecanismos que los regulan.
Esta situación abre la puerta a preguntas, que dan de que pensar en torno a cuál será el futuro de los gobiernos democráticos: ¿Hacia dónde está dirigiéndose esta transformación de la democracia europea?. No hay que olvidar, que ese modelo, fue, y sigue siendo, exportado a países que no poseen las mismas características socio culturales y políticas, pero que sin embrago, para poder formar parte de la comunidad y economía internacional, lo deben implementar. Entonces ¿Qué significara para ellos este nuevo viraje de la democracia?
Hasta le momento la crisis internacional y la incapacidad de respuesta de los gobiernos del viejo continente está dando lugar a movimientos de cambio y apertura en lugares nunca imaginados. Los principales representantes de la defensa a la democracia y a la soberanía estatal son lo que, ante la crisis económica, no dudaron en “reformular” esos valores, que por tanto tiempo, impusieron en otros lugares del mundo.
Una reformulación, de la que, ni siquiera los mismos pueblos, de esos países, están tomando consciencia: ¡se han quedado sin el poder de decisión! Habrá que seguir la nueva realidad europea que se impone para poder comprender de que manera funcionará el nuevo proceso de toma de decisiones en los países europeos, que serán rescatados, de eso no cabe ninguna duda, pero que a cambio deberán pagar con la pérdida de soberanía sobre la toma de decisiones en materia económica (que seguramente llevara a intervenciones en otros ámbitos).
Gherra, Estefanía
Lic. Ciencia Política
Miembro del grupo de investigación en Relaciones Internacionales de UNRC-Grupo ATENEO