James Holmes, el joven de 24 años que el viernes pasado mató a 12 personas durante el estreno de Batman, escupe a sus compañeros y tienen actitudes erráticas. Los especialistas barajan la locura, un trauma o que esté fingiendo.
Según informa la cadena estadounidense ABC News, el asesino ataca a sus compañeros de prisión constantemente por lo que es trasladado con una máscara.
A esto hay que sumarle que el día de la masacre, cuando fue detenido y trasladado al Jefatura Superior de Policía de Arapahoe su comportamiento también fue muy extraño.
Holmes se quedó mirando una pared blanca sin dejar de mover las cejas, como si le dieran espasmos.
Además de asegurar que el era Joker, el villano de Batman, cuando la policía científica le colocó dos bolsas en las manos para recoger restos de pólvora, se puso a jugar con las manos como si fueran dos marionetas.
Su declaración ante el juez el lunes desorientado, gesticulando de forma extraña y como perdido fueron las primeras señales para pensar que Holmes puede tener algún problema mental.
Muchos creyeron que acudió a la vista drogado, pero, según asegura ABC News, no es cierto, lo que lleva a pensar a los expertos que puede haber sufrido un «episodio psicótico», que está agotado por el estrés o que simplemente fingiendo.
«Creo que hay dos posibilidades, o bien que él está en medio de un episodio psicótico, lo que es muy probables, o bien que él ha sufrido un episodio de hiperactividad, de ‘hiperenergía’ y ahora está agotado», asegura Marissa Randazzo, ex jefa de psicología del Servicio Secreto de EEUU.
Sin embargo, para Randazzo existe una tercera posibilidad que es que esté fingiendo. «Es posible. Él estaba estudiando precisamente este tipo de problemas cerebrales en neurociencia».