La página negra de la minería ilegal en la región peruana de Madre de Dios está repleta de accidentes que nadie reporta, asesinatos que no trascienden y abusos de mujeres y niños atrapados en redes de prostitución, trata y trabajo infantil. El presidente Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia, han denunciado el problema en distintos foros internacionales, como en el último consejo de administración de la OIT en Ginebra, el junio pasado.
Según publica el diario El País de España, las mujeres, adultas y menores, son contratadas como damas de compañía, cuya labor consiste en hacer consumir alcohol a los clientes. En jerga lugareña se llama fichar. Muchas jóvenes son captadas en Cuzco, Puno, Ayacucho, Apurímac, Juliaca y otras ciudades andinas, a través de anuncios en los mercados que ofrecen un puesto de cocinera, en un bar o para cuidar bebés.
Es imposible saber con precisión el número de prostíbulos en los campamentos mineros. Los tugurios abren y cierran en función del nomadismo de la clientela.
En minería no está permitida ninguna clase de trabajo infantil, aunque el Ministerio de Trabajo no ha hecho una sola inspección en este territorio. Una visita a la escuela Francisco Bolognesi es reveladora. Los vetustos pabellones de techo de uralita y ventanas sin cristales albergan a 450 alumnos de primaria y secundaria. La mayoría tiene vínculos familiares con el mundo de la minería ilegal.