Aquel rubiecito de General Cabrera que llegó a Córdoba en silencio al Club Atalaya sufrió mucho. La soledad y varias vicisitudes cuando estuvo en Talleres, en las inferiores de AFA. Hasta que Piero Foglia (descubrió a varios jugadores, entre ellos a Pablo Ledesma de Boca) le pidió a Roberto Saporiti que lo incorporará a la pretemporada de Mar del Plata. Y Julio Buffarini, en el presente casado, 23 años y papá de una nena de 5 meses, debutó contra Defensa y Justicia, en Buenos Aires, cuando tenía 17 años.
“No esperaba tan rápido ser uno de los mimados de la hinchada. Una vez sentí que de un lado de la tribuna cantaban mi apellido y del otro empezaron a gritar ‘¡Buffa, Buffa!’. Ahora me quedó ese grito y soy muy feliz”, afirmó en una nota publicada por el diario Clarín.
Buffarini admite que soñaba con estar en un club grande. “Que coreaban mi nombre y ver la cancha llena como cuando estaba en Talleres”, dice mientras sus ojos se iluminan. No lo podía creer que San Lorenzo y Racing se “pelearan” por su ficha a principios del torneo.