Por ahora, hay stock de garrafas sociales. En los barrios más empobrecidos la necesidad se convierte en urgencia. En los centros distribuidores de la garrafa social fue constante la venta de envases de 10 kilos a 16 pesos y de 15 kilos a 25 pesos.
La jornada más fría del año reveló un incremento en la demanda de garrafas y la utilización de leña en los sectores más empobrecidos de la ciudad.
En los centros distribuidores de la garrafa social fue constante la venta de envases de 10 kilos a 16 pesos y de 15 kilos a 25 pesos.
Los más afortunados llegaban en camionetas ó automóviles y la mayoría lo hacía en motocicletas con carros enfrentando el frío y el viento.
Sobre la costa del río, decenas de vecinos trabajan hasta el atardecer con hachas y motosierras para obtener la leña que se destinará a estufas y calderos.
Una larga secuencia de columnas de humo se desprendían esta tarde en el laberinto de casonas de chapa en el barrio Cola de Pato, una de las villas más populosas de la ciudad.
«Acá las necesidades son muchas y no queda otra que calefaccionarse con leña. Sabemos que es peligroso pero no se soporta el frío», reconoció Cristina.
A pocos metros Zulma esperó el arribo de su esposo «con madera de la quinta» y anticipó: «hay que acostarse temprano porque el viento entra por todas las chapas».
Se estima que 10 mil personas residen en las villas de la ciudad y deben generar estrategias para enfrentar las bajas temperaturas. En total, el municipio entrega 300 y 400 garrafas por mes durante el invierno.