Lo dijo María Belén Ochoa, quien se convertiría en la primera travesti en obtener la adopción definitiva de dos niños. «Tenemos una familia común y corriente. Lo que cambió es que me siento protegida y más responsable», aseveró.
María Belén Ochoa comenzó a los 19 años un largo peregrinar por pasillos tribunalicios y oficinas judiciales en reclamo por el reconocimiento de su identidad. Más de 2o años después pudo cumplir parte del objetivo. El lunes, a las 8 de la mañana, inició el trámite para modificar su nombre y fotografía en el documento y ahora, espera que la Justicia le reconozca la adopción definitiva de sus dos chicos, a quienes recibió hace 7 años en un fallo inédito de tenencia otorgada por el Juzgado de Menores.
«Es una alegría enorme después de tanta lucha. Venía buscando por medio de jueces y abogados cambiar mi nombre en el DNI y nunca conseguía nada. Ayer, a las 8 de la mañana estaba en el Registro para cumplir mi sueño», destacó en diálogo con Telediario.
Recordó que la negación a la identidad que asumió desde la juventud la enfrentó con el rechazo social y los prejuicios de la comunidad.
«Cuando iba al Hospital con mis chicos saltaba mi nombre de varón y era muy chocante. Cuando me presentaba a votar, toda producida en la fila de nombre, era muy difícil. Si quería hacer un trámite, pedir un crédito ó solicitar una acción legal siempre tenía inconvenientes… no podía ser dueña de nada», expresó.
Belén afirmó que emocionada que la vida de mamá «ya es algo normal». «La nena tenía 26 días cuando la traje y ahora tiene 6 años. El varoncito tiene 9 años y mi relación con ellos es muy normal. Tenemos una familia común y corriente. Lo que cambió es que me siento protegida y más responsable», aseveró.
Admitió que el planteo judicial para reclamar la adopción definitiva, que inició formalmente hace dos años, «avanza muy lento».
«Es muy difícil tomar una resolución, pero pensé que iba a ser mas rápido. Yo espero que esta ley de Identidad de Genero facilite una decisión y sea aprobada la adopción», subrayó.
Belén admitió que «el temor por la tenencia de los chicos no se irá hasta que me digan que llevarán mi apellido»
«Todos los días pienso en ellos, pero aunque llegue tarde la sentencia de adopción, la espero con todas mis fuerzas», finalizó.