Más de seiscientas personas formaron frente al Congreso las seis franjas multicolores de la Bandera de la Libertad, emblema del movimiento por el respeto a la diversidad sexual, en reclamo de que el Senado apruebe el próximo miércoles el proyecto de ley de identidad de género.
Organizaciones de género, militantes políticos y adherentes al espíritu del proyecto se reunieron en la Plaza de los Dos Congresos para instar a la pronta sanción de la norma, ya aprobada por la Cámara de Diputados, que garantizará el derecho a la salud integral y reconocerá el derecho a la identidad de las personas.
Los manifestantes tenían la consigna de llegar con ropa de color, rojo, naranja, amarillo, verde, azul o violeta, que son los colores de la Bandera de la Libertad o Bandera del Arco Iris, que formaron sobre la avenida Entre Ríos, entre Hipólito Irigoyen y Rivadavia, frente a la explanada del Palacio Legislativo.
Cada uno de los colores respondió en esta ocasión a una necesidad específica del colectivo transgénero: el rojo simbolizó justicia; el naranja, identidad; el amarillo, vivienda; el verde, salud; el azul, trabajo, y el violeta, educación.
Junto al escenario, en el que saludaron representantes de todas las organizaciones participantes y funcionarios presentes, se instaló un puesto en el que se repartieron, folletos sobre el proyecto de ley, material informativo sobre salud sexual y preservativos.
María tiene 27 años y convive con el papá de su hijo y, aunque este proyecto no modifica su realidad familiar, vinieron a acompañar a algunos amigos trans vestidos de violeta y verde. Ella dijo a Télam que «este ley es super importante para muchas personas que eligieron una identidad sexual distinta a aquella con la que nacieron; va a cambiar sus vidas y les va a dar cosas que se perdieron todos estos años, cómo el trabajo en blanco».
«Hoy hay mucha más aceptación en lo cotidiano, las cosas no cambian de un momento al otro por la sanción de una ley, pero discutir el tema hace que se vea como algo más natural y se lo acepte», agregó María.
Victoria, de 34 años, participó con su pareja, Laura, vestidas ambas de rojo. «Desde 2003 muchas cosas cambiaron en la Argentina. Este nuevo paso nos parece trascendental para que ninguna persona trans se quede afuera del sistema por su elección sexual», dijo.
«No es el Estado el que debe definir la identidad de las personas; el Estado tiene que reconocer la libre elección que cada uno haga de su identidad y garantizar la libertad de oportunidades para todos. Por eso es necesario que siempre nos manifestemos en público para recordar eso», opinó Victoria.
Martín Canevaro, dirigente de la agrupación 100% Diversidad y Derechos, dijo a Télam que el propósito era «visibilizar el reclamo por una urgente sanción de la ley de identidad de género que le reconozca a las personas travestis, transexuales y transgénero el derecho a la identidad y a la salud de manera integral».
«En principio hay un compromiso del Senado de la Nación para tratar esta ley el próximo miércoles, así que con este banderazo queremos sumar nuestra voz para que esta ley se apruebe lo más rápido posible», agregó.
Canevaro sostuvo que «queremos que la sanción de esta ley no sólo beneficie a la población trans, sino que también tenga un efecto político en la agenda pública del estado argentino para que se empiecen a desarrollar políticas públicas que contemplen a este colectivo en la salud pública, en el trabajo, en la educación y en la vivienda».
«En este momento en la Argentina la expectativa de vida de un trans es de 35 años, casi como en la edad media. Esta ley además de ajustarse a derecho, necesariamente tiene que impactar en la agenda pública para revertir la situación de vulnerabilidad de la población trans», expresó Canevaro.
César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), dijo a Télam que «queremos reivindicar el tratamiento de la ley de identidad de género, y hacerlo de esta manera, juntos y mezclados, unidos».
«Esta ley va a beneficiar a los trans, pero también es apoyada por gays y lesbianas, porque atrás de esta lucha hay una comunidad que tiene un historia de lucha por la diversidad», subrayó.
Agregó que esta iniciativa «tiene que ver con una historia de más de 28 años en los que pusimos mesas en las veredas y nos plantamos frente a comisarías y catedrales, lo mejor que le puede pasar a nuestra causa es la visibilidad y eso se consigue en la vía pública», señaló.
«Si bien todas las leyes ayudan, porque tienen un poder educativo en la sociedad, no alcanza sólo con la sanción, porque hay que combatir la discriminación en los hábitos sociales y culturales, y porque hay que empezar a trabajar profundamente en la educación sexual», finalizó Cigliutti.
También participaron en el acto los legisladores porteños Gabriela Alegre, María José Lubertino y Maximiliano Ferraro, representantes de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), la agrupación Putos Peronistas, Abogados por la Justicia Social (AJUS), el Movimiento Evita y el Movimiento de Integración Sexual, Étnica y Religiosa (MISER), entre otros.