El testimonio de Patricia, trabajadora sexual de la ciudad, en medio del debate por el posible cierre de cabarets y wiskerias.
La prostitución tiene en Río Cuarto sus espacios tradicionales, sus protagonistas y sus víctimas. La actividad se apropió de calles, barriadas y la vida de mujeres y travestis que buscaron una oportunidad para subsistir ó fueron obligadas a ejercer el trabajo sexual.
La postal de la zona roja en barrio Alberdi se reconvirtió hasta perder su impronta. El Boulevard Roca y sus calles aledañas sumaron a las meretrices en las esquinas y la ruta 8 se convirtió en el espacio de proliferación de 5 cabarets, habilitados por el municipio. El fin de los avisos clasificados en los diarios, promovió la prostitución callejera y el ocultamiento de las meretrices.
Se estima que medio centenar de mujeres y al menos 15 travestis ofrecen sexo en las calles y rutas de la ciudad. El resto, trabaja en wiskerías ó departamentos privados.
El nuevo programa Provincial de Lucha contra la Trata y la Explotación Sexual que anunció el gobernador José Manuel De la Sota apunta al cierre de todos los cabaréts que funcionan en el territorio cordobés.
Patricia es trabajadora sexual y comenzó a ejercer la prostitución a los 17 años. Al principio lo hizo en el macrocentro y luego en cabarets de Río Cuarto y la región. Hace años que ni siquiera elabora currículums ni busca empleo. La vida le cerró tantas puertas como fue posible y ahora solo espera poder pagar el estudio de sus hermanos.
«No tenía un trabajo, dejé la escuela y por mi condición sexual de travesti lo único que encontré fue la prostitución. Alcancé el ingreso económico que necesitaba para mi casa. He trabajado muchos años para darle estudio a mis hermanas y mantener el hogar», relató en diálogo con Telediario.
Inicialmente se prostituyó en las calles del Boulevard Roca y luego recorrió los cabarets de Río Cuarto y la región. Sufrió persecuciones policiales y hasta tuvo que escapar por techos de viviendas para evitar la golpiza de los efectivos.
«Siempre es más riesgoso estar en las calles, donde sufrimos el maltrato policial verbal y físico. Los más jóvenes son los peores, no tienen el respeto de los jefes de la Policía. En un ámbito cerrado tenés seguridad, aunque dejás parte de lo que ganás», expresó.
La joven riocuartense tiene ahora 26 años y confía a fin de año completar un curso de estética que comenzó en Córdoba. Patricia cree que el control sobre la prostitución no puede reducirse a la imposición de leyes y espera que puedan ser escuchadas en un debate que las excluye.
«Hay muchísimas mujeres y travestis que no quieren estar en la prostitución, trabajando en la calle ó en un cabaret. Está bien que cierren lugares pero brindando una solución. No se pueden olvidar que hay familias que dependen de esto», señaló.
Patricia afirmó que «no es fácil conseguir un empleo y hay chicos que necesitan que su mamá vuelva a la casa con dinero, porque no tienen otro ingreso y necesitan vivir».
me parece q no se logra ni se avansa nada cerrando estos lugares, lo unico q se va a lograr q la prostitucion se radique mas aun en la calle de lo q esta hoy por hoy, si el señor gobernador quiere ganar prestigio con estas leyes estupidas lo unico q logra es que la mujer quede mas expuesta trabajando en la calle, o se piensa q al cerrar estos lugares la trata de personas se termina?? q deje estosa lugares abiertos q y q controle rigurosamente cada 15 dias o semanalmente para q vea q esta todo en regla y en orden, pero vamos gente pongan los pies sobre la tierra q se piensan q cerrando cabaret de toda cordoba no va haber mas trataa de personas??? me da risa la verdad, en esos lugares a las mujeres se las tiene contenidas bien visicamente comen tienen su lugar y sus estudios medico reglamentarios, pensemos antes de hacer las cosas y de mandar a prostituirce a miles y miles de chicas a la calle¡¡¡¡ esto no se termina cerarndo los lugares nunca lo van a terminar¡¡
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