El domingo 22 de abril se realizó la primera ronda de las elecciones presidenciales en Francia. Al no haber superado ningún candidato el 50 % de los votos se realizará un ballotage el próximo domingo 6 de mayo con los dos postulantes que obtuvieron el mejor resultado. El ganador de la primera vuelta ha sido el candidato socialista François Hollande con el 28 % de los votos, en segundo lugar quedó el actual presidente, Nicolás Sarkozy, lejos quedó la candidata identitaria Marine Le Pen con el 18 % de los sufragios. Finalmente, en cuarto y quinto lugar se ubicaron el izquierdista Jean Luc Melénchon y el centrista François Bayrou respectivamente.
El primer ganador de la jornada se puede decir que ha sido el socialista moderado Hollande, quien resultó nominado como candidato para la presidencia luego de ganar las internas de su partido contra los sectores más izquierdistas de este. En todo momento se ha intentado mostrar como un candidato «moderado y serio». A pesar de que algunas veces arremetió contra la banca, luego salió inmediatamente a tranquilizar a los mercados al asegurar cosas del estilo como que en Francia no ha habido «mejores privatizadores» que los socialistas. En estos momentos la posible victoria de Hollande causa nerviosismo en Alemania por la posible desaparición del eje «Merkozy» (Merkel más Sarkozy). Se ha dicho que el candidato socialista quiere replantear los pactos de estabilidad para incorporar mecanismos que aseguren el crecimiento. A diferencia de lo que sucede actualmente donde lo esencial es el «equilibrio presupuestario», aunque sea necesario para lograrlo, la realización de brutales ajustes que perjudican el crecimiento y el bienestar de vastos sectores de la población. Pero no se sabe a ciencia cierta hasta donde puede llegar el replanteo del tratado en una Europa dominada por gobiernos neoliberales.
La otra gran ganadora de estos comicios fue la candidata nacionalista Marine Le Pen, que ha logrado superar la mejor elección en la historia de su partido, el Frente Nacional, a pesar de que no ha podido lograr entrar en el ballotage como si lo hizo su padre, Jean Marie Le Pen, en el año 2002. Desde que se desempeña en la presidencia de su partido ha intentado imprimirle un nuevo aire al mismo. Un ejemplo es su programa electoral que ha tenido muchos puntos que le han abierto las puertas del voto obrero y juvenil. Entre ellos podemos incluir el ataque frontal a la banca, a la globalización neoliberal y a la elite que gobierna la Unión Europea. Otra prueba de estos nuevos aires ha sido el discurso que dio el domingo a la noche, donde afirmó: «El combate apenas comienza. Esta primera vuelta no es un fin en sí mismo, sino el comienzo de una vasta unión de patriotas de derecha como de izquierda«.
Por otra parte se puede decir que entre los grandes derrotados se encuentra el actual presidente Nicolás Sarkozy, luego de una presidencia totalmente deslucida por la crisis económica y por una constante sobreactuación totalmente incompatible con el rol del presidente de Francia. Hay un elemento más a tener en cuenta, Sarkozy es el primer presidente derechista de la V República Francesa que no está fuertemente influido por el legado del General De Gaulle. Dicho en otras palabras, es el primer presidente francés de derecha que es pro americano y otanista. Cualquiera que recuerde el pensamiento de ese gran militar y estadista que fue Charles De Gaulle, suscriptor en su juventud de la revista de la Action Français, sabe muy bien su constante lucha contra el imperialismo angloamericano y por una Europa libre e integrada. El papel de Sarkozy dentro de la Unión Europea ha sido siempre la de un socio menor de la primer ministro alemana Angela Merkel, legitimando los ajustes que asfixian a los pueblos y benefician a la Alta Finanza Internacional. Y fuera de la UE no se ha cansado de hacerle el trabajo sucio a Estados Unidos sirviendo a ese brazo armado del imperialismo angloamericano que es la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)
Habría que consignar, por último, el raro papel que le ha tocado a Jean Luc Melénchon, candidato de los desencantados, (junto a Marine Le Pen) quien tuvo la suerte de tener un fuerte apoyo mediático por parte de la prensa. Con un discurso fuertemente contrario a la banca y a los grupos económicos logró representar al descontento de buena parte de la clase media. En los últimos días varias encuestas lo situaban en el tercer lugar delante de Marine Le Pen. Pero a la hora de las elecciones los resultados fueron bastante más modestos que los que sostenían esos sondeos. A pesar de ello no se puede dejar de hacer notar que el resultado fue mucho mejor de lo esperado por los militantes del Frente de Izquierda.
Para el ballotage del 6 de mayo, que enfrentará a Sarkozy con Hollande, este último es el claro favorito. Prácticamente todos los votos de Melénchon se van a transferir al candidato socialista. Por otra parte según una reciente encuesta alrededor de la mitad de los votantes de Marine Le Pen tienen por seguro que no votarán por Sarkozy. Una situación un aún peor para el actual presidente es la que se refiere a los votantes de Bayrou. Además, según todas las encuestas Hollande se presenta como el principal candidato a quedarse con la presidencia, sobre Sarkozy. Pero no hay que tener tan en cuenta a estas quinielas que son los sondeos. La única respuesta válida nos la darán los franceses el 6 de mayo.
Francisco Bertorello
Estudiante avanzado de Abogacía UNRC
Miembro de Ateneo de Estudios Internacionales (ADEI)