Javier Cantero, fue amenazado por un numeroso grupo de la denominada barra brava, que irrumpió en su despacho de la sede social para exigirle la disponibilidad de entradas y micros, el permiso para guardar las banderas.
Cerca de 30 personas llegaron al edificio de Mitre 470, en Avellaneda, reclamaron que los atendiera el presidente de club y ante la negativa coparon la oficina para consumar el apriete en el marco de una disputa desatada desde que la actual dirigencia determinó eliminar las concesiones a la hinchada.
El incidente, que duró cerca de 20 minutos y no registró agresiones físicas, se descomprimió con la llegada de una decena de policías de la comisaría 1ra., que fue alertada por los empleados.
«Tengo miedo pero no me van a torcer el brazo por coparme la oficina. Hasta 2014 (cuando termine su mandato) voy a seguir diciéndoles `no` a los barras», afirmó Cantero en diálogo con Télam.
De acuerdo con el relato del dirigente, los violentos, liderados por el jefe Pablo «Bebote» Alvarez, «ingresaron por la fuerza y trabaron la puerta de entrada» para materializar sus reclamos en una discusión que registró «insultos de ambos lados».
Entre las exigencias, los barras exigieron que la dirigencia restablezca la disponibilidad de entradas y micros para los partidos, que permita guardar las banderas en el estadio u otro predio del club y que despida al gerente financiero, Raffaelle Rutigliano, en disconformidad con el sueldo que percibe.
Cantero afirmó que no dará «marcha atrás» en su decisión de combatir a la barra brava y garantizó la continuidad del «derecho de admisión», tal como sucedió en el partido pasado ante Banfield cuando el centro de una de las cabeceras del estadio Libertadores de América lució con un «hueco».