El juez federal Norberto Oyarbide confirmó que el hecho «es muy grave». De acuerdo a las primeras pericias, el artefacto que fue encontrado por personal de limpieza del teatro Gran Rex estaba programado para detonar mañana a las 16, durante un cóctel que iba a brindar el ex presidente de Colombia y en el que iban a participar «importantes personalidades de todo el mundo». El explosivo «tenía poder de muerte».
Lo que comenzó como una amenaza de bomba y perfilaba para diluirse y quedar en una falsa alarma, se convirtió en una de las noticias de la jornada, con la confirmación de que en el Gran Rex fue hallado un artefacto explosivo que pudo generar una verdadera tragedia.
Luego del trabajo que realizó la Brigada Antiterrorista de la Policía Federal, al teatro porteño llegó el juez Norberto Oyarbide, quien luego de realizar una inspección ocular ofreció una conferencia de prensa para contar lo que realmente había sucedido.
Ante una enorme expectativa mediática, el magistrado confirmó que en el segundo piso del edificio fue hallada una bomba, que estaba «diseñada para explotar mañana a las 16:30, cuando Uribe iba a compartir un cóctel con altísimas personalidades de todo el mundo».
Oyarbide consideró que se trató de «un hecho muy grave, que con la fortuna de Dios no trajo consecuencias que son absolutamente impredecibles».
El juez contó que lo que se encontró fue «un aparato simple, pero con el poder suficiente para producir la muerte de personas que estuvieran muy próximas». «Con esto se pretendía dañar no sólo a la gente, sino generar una gran repercusión a nivel mundial, lo que a la vez hubiera dañado a la República Argentina».
Al realizar una especulación sobre lo que podría haber sucedido, el magistrado sorprendió al equiparar el atentado fallido con «la tragedia de la Puerta 12» el 23 de junio de 1968, en la que murieron 71 hinchas de Boca en el estadio Monumental, tras presenciar un superclásico ante River.