Los vecinos recorren el lugar y buscan explicaciones. A solo 1 kilómetro y medio del pueblo, las camionetas 4 x 4 servían de improvisadas tribunas para observar el círculo de 25 metros de diámetro, ubicado en el interior de un lote sembrado por sorgo.
El frío de la tarde otoñal y la noticia del misterioso hallazgo cambiaron la calma habitual de la tarde en Las Perdices. Sus calles, la Plaza central, todo parecía casi vacío. Los vecinos habían optado por sumarse a la caravana de autos, bicicletas y motos que se conducían por un camino de tierra hacia el campo de los Pesce.
A solo 1 kilómetro y medio del pueblo, las camionetas 4 x 4 servían de improvisadas tribunas para observar el círculo de 25 metros de diámetro, ubicado en el interior de un lote sembrado por sorgo.
Cuando ni la razón, ni el sentido común servían para explicar lo que dejaba asombrados a los hombres de campo, comenzaron las especulaciones. La versión que cotizaba en bolsa era la un ovni que habría aterrizado sin ser advertido por el pueblo que amaneció buscando respuestas. Otros, preferían ser más racionales y esperar una respuesta de especialistas agropecuarios.
Un trabajador rural que conoce como pocos los campos de la región, admitió que «nadie puede explicar esto».
«Mire el rendodel que han dejado, no creo que un ser humano vaya a ser algo así. Es como si se hubiese sentado algo. Conozco este campo como la palma de la mano y ninguna máquina puede hacer esto», afirmó Ramón.
El círculo perfecto aparecía repleto de chicos jugando entre las plantas de sorgo y la mirada asombrada de los más grandes.
«Todas las plantas van en un mismo sentido, ni marcándolo puede salir tan bien, es perfecto», sostuvo don Carlos, quien llegó acompañado por sus peones.
Hasta una estudiante de intercambio llegada de Alemania se acercó al lugar: «No me van a creer, pero los voy a contar igual. Es increíble», afirmó.