El peronismo y su escorpión. Por Guillermo Geremía.
El Partido Justicialista riocuartense se encamina esta semana al desafío de concretar una interna para definir su candidato a Intendente que enfrentará a Juan Jure en el próximo turno electoral en la ciudad. Con cuatro candidatos en competencia, la principal fuerza de la oposición, tiene que demostrarse a sí mismo que puede superar las diferencias que expresan corrientes internas que compiten más por proyectos personales desencontrados que por distintas maneras de encaminar soluciones para resolver los problemas que tiene Río Cuarto.
En lo que va de la corta campaña electoral interna no han sido desarrolladas ideas fuerzas que permitan distinguir claramente las propuestas de unos y otros. Tal vez la oportunidad sea el debate televisivo que se materializará esta semana en una edición especial de Así son las Cosas por Canal 13 (martes a las 14 hs.), en donde afloren esos distingos que le den al potencial votante argumentos sólidos para optar por uno y no otro.
Tres de los candidatos; Juan Manuel Llamosas, Miguel Minardi y Marisa Arias acreditan una militancia peronista que hacen naturalmente previsible su ambición. Juan José Oses, el “extrapartidario” de la competencia, es un verdadero misterio. Cuánto puede cosechar en campos que pisa por primera vez. El de la política en general y el de peronismo en particular.
Hace cuatro años el PJ Río Cuarto tenía un desafío similar. Aquella interna entre Luis Sánchez, Alberto Bertea, Ricardo Rojas y Alfonso Mosquera movilizó al partido, activó su músculo pero dejó heridas que lo llevaron a una catástrofe electoral en los comicios municipales. La interna de 2012 no ofrece mejores garantías. Viejos y nuevos enconos parecen haber alimentado la aparición de sectores en pugna.
Llamosas apuesta en la interna el crédito acumulado en su paso por la Defensoría del Pueblo y tiene al futuro como su aliado. Sino gana podrá seguir participando. Minardi carga con el desafío de ser el “caballo del comisario” que tiene a canteristas, delasotistas y schiarettistas alentando al favorito de las apuestas. Pero sus posibilidades son inversamente proporcionales al daño que le pueden provocar el porcentaje que otras listas le resten. La aparición a último momento de Marisa Arias como candidata muchos prefieren verla como la reacción despechada de alguien abandonada políticamente, antes que asumir que el peronismo local está roto en mil pedazos y que resulta complejo volver a cohesionarlo. Jure aprovecha esas debilidades y manda, por las dudas, al diablo a meter la cola.
En este escenario es una verdadera incógnita que rol y dimensión tienen los más de un kirchnerismos que también reclaman ser la representación de Perón y Evita en la ciudad.
El empresario Oses se presenta como el menos atado a compromisos que lo condicionen. El y el grupo que lo acompaña, sueñan con hacer desembarcar en la política una manera gerencial de resolver los problemas de la gente.
Con tantas piezas, el rompecabezas de la interna es un puzzle difícil de empezar a armar.
Luego del 19 de febrero el peronismo se encontrará con su propia fábula. Saber si como el escorpión, puede o no puede con su naturaleza. Y termina inyectando el veneno de la ponzoña al siempre saludable ejercicio de las urnas al que recurrió para cruzar el caudaloso río de los conflictos, pasiones, traiciones, contradicciones y rupturas por donde navegó los últimos años en Río Cuarto.