Los libros de historia cuentan que el dictador paraguayo Alfredo Stroessner murió a los 93 años en Brasilia en agosto de 2006, después de haber gobernado el país sudamericano durante 35 otoños hasta 1989, con el apoyo del Partido Colorado.
El general cobijó a decenas de nazis en Paraguay y se calcula que desaparecieron unas 400 personas bajo su mandato, pero jamás compareció ante ningún tribunal. Las crónicas periodísticas relatan que su primogénito, el coronel de aviación Gustavo Stroessner Mora, falleció víctima de un cáncer hace 12 meses en Asunción, después de eludir todas las acusaciones de enriquecimiento ilícito que pesaron sobre él. Lo que no alcanzan a detallar los libros ni los periódicos es la fortuna que acumularon entre el padre y el hijo. Ni quiénes tendrían derecho a disfrutarla.
El abogado Mario Benítez Acuña estima que la cuantía asciende a unos 5.000 millones de dólares (unos 3.772 millones de euros). Asegura que hay grandes navieras, muchas fincas urbanas y rurales y muchas empresas bajo el nombre de los Stroessner.
Y espera que, tarde o temprano, la veintena de víctimas de la dictadura a las que representa consigan de los herederos la parte que les corresponde por daños y perjuicios.
Fuente: El País de España