El titular de Emos, Carlos Ordóñez y el director operativo del ente Eduardo Angelini continúan analizando alternativas para el cuidado del agua potable en la ciudad.
En ese sentido establecieron la posibilidad de sumar más agentes de control en las calles, que actualmente son 8 y de acuerdo a las denuncias recibidas y a los casos detectados se necesitarían más.
Ahora, los funcionarios evalúan también la posibilidad de comenzar a instalar medidores “para que el usuario pague lo que realmente utiliza”, según se explicó desde la cúpula del ente municipal.
Con medidores se paga lo que se consume
Ayer el presidente del directorio del Emos, Carlos Ordóñez, ratificó la intención de comenzar a instalar medidores “para que el que consume grandes cantidades, pague lo que realmente utiliza”, aunque luego explicó que instalar el sistema en toda la ciudad se torna engorroso debido al alto costo de cada aparato. En el mercado cada unidad cotiza en 400 pesos aproximadamente.
De todos modos el funcionario opinó que la iniciativa “es viable” ya que en algunos sectores ya hay medidores (en domicilios particulares, empresas e industrias) y que en la actualidad quien construye una nueva vivienda debe instalar obligatoriamente un medidor.
50 millones por día
Angelini informó esta semana que si bien las reservas de nuestra ciudad son bastante “importantes” comparadas con las de otras ciudades «en estos momentos se están consumiendo los 50 millones de agua que se generan diariamente y la situación comienza a preocupar”, según precisó.
El funcionario explicó que al natural uso que se le da al agua, se le agrega la extensa sequía y el abuso por parte de otros ciudadanos poco solidarios que siguen utilizando el agua “consumible” para llenar piletas, lavar autos o regar parques y jardines.
De hecho ya se reconocen mermas de presión en algunos sectores puntuales como en el barrio Lomitas de Oro, el norte del barrio Alberdi, en San Antonio de Papua y en parte de Banda Norte.
Un récord que no enorgullece
El consumo de agua potable en Río Cuarto es probablemente el más elevado del país, si se tiene en cuenta la dimensión de la ciudad y la densidad poblacional.
El promedio de utilización por persona es de 350 litros diarios cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda que no supere los 120.
En ese sentido Angelini reflexionó: “Es una cuestión de falta de educación; los riocuartenses estamos mal acostumbrados porque históricamente hemos tenido buen caudal de agua pero en otras ciudades, como Laboulaye por ejemplo, donde el agua escasea, existe una conciencia de la importancia de su cuidado. Pequeñas acciones ayudan mucho. En otras localidades a los niños se les enseña a cerrar la canilla cuando se lavan los dientes o a no demorarse tanto a la hora de ducharse».
Lo que se dilapida, no se renueva
“Hasta que no entendamos que el agua potable es un elemento de primera necesidad no renovable, lamentablemente vamos a seguir teniendo que recurrir al control en las calles”, señaló ayer Angelini.
Durante el año anterior se labraron unas 1.500 multas y se confeccionaron alrededor de 3.000 apercibimientos (preanuncios de futuras multas).
“Debido a que estamos en una situación de emergencia, solicitamos a los vecinos que no usen las canillas que dan al exterior o hacia el interior del domicilio para actividades que no sean de suma necesidad. Nos referimos a actividades como lavado de autos, baldeos de veredas o regado de grandes extensiones de tierra. Esa misma agua va a faltar después para el consumo personal y para el aseo”, explicó el funcionario de Obras Sanitarias.