Por Marina Ojeda
El premier Británico, David Cameron afirmó en una sesión ordinaria de la Cámara de los Comunes que Argentina tiene una actitud mucho más colonialista. Dijo también que, ante la insistencia argentina de volver a dialogar la cuestión de la soberanía de las Islas, trató este tema en el Consejo de Seguridad Nacional con sus Ministros y Jefes Militares.
Los medios nacionales hablaron hoy de “dialéctica” para referirse a los mensajes que se envían de Argentina e Inglaterra desde que, nuestro país el diciembre pasado instó a los países del Mercosur y asociados a apoyar la apertura de negociaciones por la soberanía de Malvinas, tal como lo dispuso la resolución 2065 de la ONU. Cuestión que resultó en la decisión de bloquear el atraque de buques con la insignia Malvinense en los puertos de los países del sur. Así, solo admitirán el ingreso si en cambio, portan la bandera Inglesa. La medida no dispone entonces un bloqueo comercial, sino que apunta a desconocer la legalidad del estandarte “Falklands Islands” (Una bandera del reino unido junto a un cordero que esta sobre un barco).
El subsecretario de relaciones exteriores Henry Bellingham dijo que “Lo que los Argentinos están haciendo es una vergüenza” “El gobierno Argentino es grandilocuente y está actuando de manera ilegal”.
Grandilocuencia fue la de la junta militar al emprender una guerra (perdida desde el vamos) anulando la línea diplomática que venía sosteniéndose por años desde la cancillería Argentina. La actitud del gobierno hoy es, al contrario, la actitud que caracterizó a los gobiernos democráticos: intentar retomar el diálogo y volver a negociar la soberanía del archipiélago. Se sugiere volver a plantear la vía pacifica para la resolución de un conflicto que se entiende hoy, todavía inconcluso.
Ilegal es la explotación unilateral de recursos en territorios de disputa, así como lo hace el Reino ¿unido? en las islas. Y de este argumento se sustenta el gobierno inglés para contribuir en la escalada de la tensión: a los argentinos no les preocuparía la cuestión de la soberanía de Malvinas, sino que el interés por recuperar el territorio está dado por sus cuantiosos recursos pesqueros y petrolíferos. Pero si la cuestión de Malvinas no fuese una cuestión nacional, capaz de evocar sentimientos patrióticos, los militares no le habrían echado mano al recurso de la guerra para intentar legitimar a la dictadura convaleciente.
Que no estén inflando el conflicto en el Foreign Office para copiar el mal ejemplo. Que no estén intentando justificar la necesidad de incrementar el presupuesto en las fuerzas armadas (porque sabemos que, para los liberales, en épocas de crisis, buenos son los recortes). O intentando evocar el nacionalismo ingles en el contexto del trigésimo aniversario de la guerra cuando se intensifica la opción separatista en Escocia. Que no hablen de necesidad de incrementar la vigilancia, cuando la necesidad es tapar la crisis económica, social y política. Y que no hablen de colonialismo, porque colonialistas son ellos. Desde 1833 en Malvinas. En otras partes del mundo, desde mucho antes.
Me parece interesante la nota, ya que de una manera clara y sencilla, sin mayores rodeos, explica la cuestión de Malvinas.
La vía diplomática es la única posible. Y ello, a pesar de que las grandes potencias hagan oídos sordos, y solo las reconozcan cuando se trata de castigar a paíces tercermundistas por no acatar las resoluciones de los Organismos Internacionales.
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