Jóvenes asesinos

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Para poder  abordar esta terrible y preocupante problemática sobre las violencias de niños y jóvenes que terminan en masacres,

es necesario retroceder y analizar que el ultimo informe sobre casos de violencia escolar con uso de armas, nos dio un dato que seria predictivo y de larga data sobre la facilidad con que llegan  estas poblaciones disfuncionales a situaciones sin retorno. Coincidiendo con la psicóloga Peyrú, la misma expresa que “las conductas violentas de la niñez y adolescencia a menudo desnudan con gran precisión los conflictos con los que cada sociedad está luchando” y agrego yo que aún no ha podido resolver…cada quince días, un arma de fuego en el aula. Estas últimas estadísticas nos hacen inferir que puedan ocurrir, como ocurrieron en los últimos tiempos por efecto dominó, masacres intrafamiliares entre niños adolescentes y alumnos. Tratemos de encontrar un hilo conductor para intentar una reflexión ante éstas situaciones límites en que la muerte es la protagonista. Entre los pluri-causales motivos de estos desenlaces fatídicos, podemos decir que hay un contexto que se construye desde el momento del nacimiento, y que trae como producto seres conductas antisociales, perturbadoras, por necesidades básicas distorsionadas y que, ni la familia ni las instituciones oficiales protectoras de la niñez y adolescencia pudieron percibir y actuar en consecuencia para evitarlas. Algunas de los interrogantes que nos podríamos plantear serían: la motivación para delinquir, en los jóvenes sería la superioridad y el poder que se logra con el crimen, además de la excitación de las sensaciones de riesgo.
Nos encontramos con una población heterogénea, por ejemplo, aquellos chicos diagnosticados con un Trastorno Disocial (TD), son los que plantean problemas mas acuciantes en los servicios de salud mental infantil, en el sistema judicial juvenil, y en los servicios sociales. Instituciones que aún no han podido resolver con eficacia la resolución de disfunciones personales, conviviendo con el riesgo que ello incumbe, con
el resto de la sociedad.
Cuales serían algunas de las características básicas, en general, que habilitan este tipo de poblaciones a realizar estas instancias de muerte y masacre: correspondería a un determinado patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que se
violan los derechos básicos de otras personas o normas sociales importantes propias de la edad, manifestándose por tres o más de los siguientes criterios, durante los últimos 12 meses y por lo menos un criterio durante los últimos 6 meses:
Agresión a personas y animales
1) A menudo fanfarronea , amenaza o intimida a otros
2) A menudo inicia peleas físicas
3) Ha utilizado un arma que puede causar daño físico grave a otras
personas
4) Ha manifestado crueldad física con personas
5) Ha manifestado crueldad física con animales
6) Ha robado enfrentándose a la víctima
7) Ha forzado a alguien a alguna actividad sexual

Destrucción de la propiedad
8) Ha provocado deliberadamente incendios con la intención de
causar daños graves.
9) Ha destruido deliberadamente propiedades de otras personas.
Fraudulencia o robo
10) Ha violentado la casa, el hogar, o el automóvil de otra persona
11) A menudo miente para obtener bienes o favores o para evitar
obligaciones
12) Ha robado objetos de cierto valor sin enfrentamiento con la
víctima

Violaciones graves de normas
13) A menudo permanece fuera de casa de noche a pesar de la
prohibición paterna, iniciando este comportamiento antes de los trece
años.
14) Se ha escapado de casa durante la noche por lo menos dos veces
viviendo en casa de sus padres o en un hogar sustitutivo.
15) Suele hacer novillos en la escuela , iniciando esta práctica antes
de los trece años.

Como pueden apreciar, son numerosos los elementos predictivos que nos muestran potencialmente el futuro trastornos disocial; sin embargo las instituciones veladoras de la infancia y adolescencia, no ha podido hasta el momento instrumentar procedimientos satisfactorios y eficientes para actuar preventivamente. Los datos indicadores están en la sociedad. A mi entender, hay dos opciones: o se deja al fracaso de las instituciones o por el contrario se pone en acción medidas eficaces de cuidados y significar a los indicadores como verdaderos anticipos de conductas que no tienen retorno.
“Una cultura y una sociedad que no pueden cuidar a sus jóvenes sin hacerlos pasar por esos riesgos, que tienen serias dificultades en lograr la protección de las nuevas generaciones, están desperdiciando poetncialaes del presente e hipotecando su futuro.”

LIC ELENA FARAH

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