Comenzó este lunes en el campus con el panel “A 10 del que se vayan todos” integrado por Juan Musolón y Sergio Cretón, de la Mesa de Autoconvocados y por Jorge Hernández, docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad, el secretario de Extensión y Desarrollo de la UNRC, César Quiroga, fue el moderador del panel.
Quiroga evocó aquellos momentos de gran movilización que interpretó sirvieron para generar nuevas formas de organizaciones populares frente a la crisis. “Creo que es bueno recordar aquellos días en función del valor, la reflexión y el aprendizaje que tuvo la gente que afronta cotidianamente los problemas sociales”, expresó, tras lo cual dio lugar a los panelistas Juan Musolón, Sergio Cretón y Jorge Hernández.
Juan Musolón, militante del Movimiento Autoconvocados, sostuvo que fue “un momento donde la democracia representativa demostró que aun no ha podido solucionar claramente la mejor forma de participación de la gente ante graves problemas sociales y políticas y por qué no económicos. De esta falencia nacen los autoconvocados. La autonomía de la gente no se bancó más la hegemonía partidaria o de los partidos políticos porque los propios partidos tienen una grave crisis de representatividad sobre todo respecto al conocimiento de los problemas de la gente común”.
Explicó que “en aquellos momentos las movilizaciones que hacíamos empezaban con unos pocos y luego cuando llegábamos a la plaza Roca y nos parábamos a cantar el Himno Nacional ya teníamos más de mil personas. Fue algo muy impredecible y a la vez inexorable. En esos días logramos 17 mil firmas para que se implemente lo que hoy es la Asignación Universal por Hijo. Me parece que los hechos del 2001 fueron un bloque histórico, en el sentido gramsciano, que fue más allá de la estructura de los partidos. Y en este sentido creo que el estado debe dejar de pensarse solo como un estado y pensarse más como Nación con sus luchas populares”.
Sergio Cretón
También uno de los fundadores de los Autoconvocados Río Cuarto relató que él estaba en un reunión en el CECIS y los empresarios expresaban la preocupación que tenían por la grave situación y les dijo: “Miren, esto se arregla con la gente en la calle”. Por eso las primeras marchas eran de comerciantes autoconvocados y luego se fue formando o nació el Movimiento de Autoconvocados Río Cuarto.
Sostuvo que a su entender hubo un hartazgo de la gente del modelo neoliberal y de la corrupción con alevosía y ostentación. “Esto fue muy rechazado por la gente y prendió la idea de ganar la calles y hacer asambleas y reclamar más transparencia y horizontalidad. Con gente de todos los sectores sociales que formaron los autoconvocados porque había de todos los colores. Fue en este sentido una experiencia muy enriquecedora. Las movilizaciones dieron valor a la gente, por ejemplo, para recuperar fábricas y reclamar por las fuentes de trabajo”.
Cretón dijo que “muchas asambleas aún subsisten, de todas maneras aquellos hechos del 2001 fueron un cuestionamiento al sistema representativo que creo debe ser más horizontal y que la gente que nos representa debe estar más cerca de la sociedad”.
Jorge Hernández
Presentó su experiencia como funcionario de la gestión municipal de Albero Cantero en medio de la crisis de diciembre de 2001. Dijo: “Participé de aquel proyecto político y no nos sorprendió la crisis porque el modo de acumulación que propiciaba la Nación, en aquel momento, la convertibilidad, no tenía ninguna viabilidad de seguir hacia delante con éxito”.
“El diagnóstico que preveía la crisis fue presentado en el Programa de Gobierno al Concejo Deliberante y a partir de allí comenzamos a poner énfasis en las estrategias de contención frente a la crisis socio-económicas que se avecinaba. Pensamos estrategias que sobre todo pudieran ayudar a los más excluidos y así se crearon diversos servicios de ayuda. El Ejecutivo tuvo una política de construcción con los diversos sectores, de diálogo abierto, por eso había diversos consejos consultivos. El gabinete municipal puso todo en acción para la asistencia de quienes no tenían ninguna posibilidad de sortear la crisis”.
“Fue una política de consenso con los sectores sociales y refuncionalizando el rol de estado en un mundo capitalista parlamentario con ejecutivos fuertes. La crisis de 2001 –enfatizó- aceleró los tiempos de los cambios necesarios en la gestiones y a partir de allí se buscó mejorar la representatividad y el contacto con la gente se trató de hacer más democrático. Pero más que esto me gustaría rescatar que acá en Río Cuarto mucha gente trabajó con gran esfuerzo para combatir aquel escenario crítico».