La Justicia no solo dejó de investigar a Facundo Macarrón, sino que tampoco le impone restricciones. El joven acusado de homicidio calificado en grado de sospecha leve por la muerte de su madre, Nora Dalmasso, vive una vida sin condicionantes a la espera del sobreseimiento definitivo.
Una ventana temporal, coincidente con el momento en el que se produjo el crimen, lo expuso a una acusación que nunca pudo ser profundizada. Es el único imputado en la causa pero su abogado, Marcelo Brito, espera que el sobreseimiento llegue por el peso de las pruebas ó, en realidad, por la ausencia de ellas.
Facundo se habría radicado en Buenos Aires gozando de un régimen sin restricciones específicas. A diferencia de lo que ocurrió en los primeros años tras la imputación, ya no debe comparecer ante ningún órgano judicial ó policial.
Aunque debe fijar un domicilio, puede viajar al exterior y realizar sus actividades sin estar pendientes de una presunta persecución de los investigadores.
Su eventual desvinculación expondrá a la causa a un nuevo dilema: se quedaría sin imputados y con hipótesis enfrentadas entre sí.
Las sospechas sobre el viudo, Marcelo Macarrón, se sustentan en las pruebas de ADN pero se debilitan con el resto de los elementos probatorios. El médico traumatólogo afirmó haber estado en Punta del Este el día del crimen y hasta ahora su coartada no fue vulnerada por otras pruebas.
A 5 años del crimen, Facundo espera paciente el final de la persecusión penal, aunque el homicidio de su madre, seguirá impune.
Por Pablo Callejón (callejonpablo@yahoo.com.ar)
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