Cecilia Guardati
El líder del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, será el nuevo presidente del gobierno de España tras obtener una amplia victoria por mayoría absoluta en las elecciones generales, gracias al descalabro de los socialistas en el poder que sufren su derrota más dura en medio de la peor crisis económica de la historia reciente.
Tras casi ocho años en la oposición, y en un momento de máxima tensión por la presión de los mercados sobre la deuda española, la derecha vuelve al poder y lo hace con una contundente mayoría de 186 escaños, al obtener el 44,59 por ciento de los votos, escrutados el 98,88 % de los sufragios.
En su tercer intento por llegar a la Presidencia del Gobierno, Rajoy consigue incluso superar a su mentor José María Aznar, quien alcanzó la mayoría absoluta con 183 escaños. El mejor resultado fue el del socialista Felipe González en 1982 con 202 escaños.
En el otro extremo, la candidatura de Alfredo Pérez Rubalcaba cosecha el peor resultado histórico para los socialistas con 110 diputados y el 28,71 % de los votos.
El ex ministro de Interior se queda por debajo de los 125 escaños que obtuvo Joaquín Almunia hace once años.
La mala gestión de una crisis que ya dejó 5 millones de desocupados pero, sobretodo, el giro político hacia la derecha dado por José Luis Rodríguez Zapatero, quien en 2010 aprobó un fuerte ajuste por la presión de los mercados sobre la deuda española y la Unión Europea (UE), allanaron el camino de Rajoy a La Moncloa.
Con estos resultados, el PP de Rajoy no sólo gobernará el Estado sino también casi todas las comunidades autónomas y capitales de provincia, un poder jamás obtenido por ningún partido en España durante la democracia.
“El pueblo español se ha expresado, y lo ha hecho alto y claro. Ha decido romper con lo que había, y abrazar el cambio que le proponíamos”, dijo Rajoy al hablar tras la victoria en la sede de su partido en la calle Génova de Madrid.
«Estoy decidido a ser el presidente de todos y anteponer el interés general». «Gobernaré al servicio de España, procurando que nadie se sienta excluido». «No habrá más enemigos que el paro (desocupación), el déficit y todo aquello que mantiene a nuestro país en crisis, añadió en sus principales frases.
Ya en el balcón de la sede partidaria y ante el clamor de cientos de militantes que lo llamaban “presidente”, Rajoy aseguró: “Con la ayuda de todos saldremos adelante y España estará donde todos queremos que esté, a la cabeza de Europa”.
En la sede del PSOE, en la calle Ferraz, las caras largas anunciaban una “noche negra” desde que se difundieron los primeros sondeos de boca de urna. Al borde de las 22.30 (16.30 en Argentina) salió Rubalcaba y reconoció lo evidente: “Hemos perdido claramente las elecciones”.
Ante la inédita derrota, el dirigente socialista agradeció de “corazón” el apoyo que siete millones de españoles dieron al PSOE «en unas circunstancias especialmente difíciles” y prometió liderar la oposición en el Congreso con el objetivo de contribuir a la recuperación y la creación de empleo, pero también para que “no se pierdan los derechos que cohesionan a la sociedad”.
A pesar de que había dado un giro a la izquierda -proponiendo impuestos al capital, la banca y el patrimonio-, los 5 millones de desocupados que dejó Zapatero, al que acompañó en la recta final de su mandato, fueron demasiado lastre para Rubalcaba.
Ni el histórico anuncio de ETA del “cese definitivo” de la lucha armada, el pasado 20 de octubre, fue un bálsamo para el ex ministro de Interior socialista, quien fue en gran parte responsable del debilitamiento de la organización separatista.
Tampoco le sirvió advertir a los ciudadanos que el PP llevaba un “programa oculto” de recortes sociales. Pesó más el “voto castigo” a la gestión de la crisis.
Además, la participación, que fue del 71 por ciento, ligeramente inferior a 2008, no tuvo el efecto pronosticado en beneficio de los socialistas.
El hundimiento de la formación aún liderada por el presidente del gobierno en funciones, abre ahora un gran interrogante sobre quién conducirá al socialismo español en los próximos años.
Rubalcaba reveló esta misma noche que ya pidió al secretario general que convoque cuanto antes un congreso ordinario para analizar la situación.
Sus posibilidades se complican, pero también las de la ministra de Defensa y cabeza de lista de los socialistas catalanes, Carme Chacón, la otra aspirante, ya que perdió las elecciones en Cataluña por primera vez desde 1977, quedando por detrás de los nacionalistas de CiU.
Por su parte, Rajoy llegará a La Moncloa casi sin hacer nada, después de un campaña en la que mantuvo una estrategia de perfil bajo e inacción, sin concretar hasta el final su programa ambiguo con la intención de no movilizar el voto de la izquierda en su contra, y simplemente apostando al deterioro de la situación económica.
Y lo hizo hasta tal punto que no dudó en utilizar a su favor la escalada del riesgo país en los días previos a los comicios, incluso cuando los mercados podrían estar respondiendo con cierta desconfianza al cambio de gobierno.
El líder del PP tendrá que afrontar la crisis más grave que vivió España y, por más que cuente con mayoría absoluta, la presión podría ser máxima tanto en los mercados, para que responda a sus exigencias, como en la calle.
En cuanto al resto del mapa electoral, CiU se mantiene como tercera fuerza política en el Congreso con 16 escaños, mientras la coalición de Izquierda Unida-Los Verdes (IU-ICV) gana terreno al alcanzar 11 escaños, con el 7,04 por ciento.
Estas elecciones generales fueron las primeras desde que ETA anunció su “cese definitivo” de la violencia, hace justo un mes, lo que tuvo como recompensa el regreso de los independentistas al Congreso de Diputados después de más de una década de ausencia.
La coalición Amaiur, que incluye al histórico brazo político de ETA, obtuvo un gran resultado con 7 escaños, dos más que el PNV (Partido Nacionalista Vasco), que consiguió 5 diputados.
En tanto, Unión Progreso y Democracia (UPyD) consigue 5 diputados, con el 4,64%, y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) 3, seguida por el Bloque Nacionalista Galego (BNG), que suma 2.
También logra un representante el Foro Asturias, de Francisco Álvarez Cascos, otro escaño Comprimís, y también otro Nafarroa Bai.