A las 17 horas del jueves 15 de septiembre se produjo el milagro. Un tractor de 18 mil kilos lo arrolló en apenas segundos y aunque todos esperaban el peor final, una semana después Emanuel Viale está para contarlo.
El joven riocuartense tiene 23 años, esposa, un hijo y un trabajo como mecánico de maquinarias agrícolas. Solo él puede explicar lo que aún pocos logran creer.
Emanuel se encontraba junto a su tío en un depósito en calle Verdi, al 1.500, cuando se activó la palanca de cambio en el tractor Deutz. Había subido sobre una de las ruedas traseras, y se desplomó de la unidad cuando comenzó a moverse.
«Me golpeó contra la escalera y caí al piso inmovilizado. Me arrastró de costado y después me pasó por encima desde la altura de la mandíbula hasta la parte de abajo de la caja toráxica. Parecía que me estaba quebrando al medio y pensaba lo peor», relató.
Recordó que nunca perdió el conocimiento y pudo ver al tractor en su marcha sin control hacia la mitad de la calle.
Las primeras 24 horas de internación obligaron a Emanuel a someterse a múltiples estudios para hallar razones sobre los inexplicable. «Le decían que me había pisado un tractor y los médicos tenían miedo sobre lo que me había pasado», reconoció.
Aunque no se podía mover y tenía severos problemas para respirar, solo sufrió una contusión pulmonar, el daño en la séptima vértebra y la quebradura de dos costillas.
«Es muy difícil de explicar y de creer. El sábado me sentía bien y los médicos me dejaron hasta el lunes por precaución. Ahora estoy en mi casa y aunque me dieron tres semanas de reposo, me muevo y estoy para contarla», expresó con una sonrisa cómplice.
Desde hace varios años, Emanuel trabaja con cosechadoras y tractores que son asistidos en el taller de Banda Norte.
«Ahora me siento muy cómodo con mi mamá y mi familia. Pero me estoy reponiendo para volver con los tractores. Es la peor pelea con la familia, pero hay que seguir trabajando», aseveró.