Los lujos de la mansión de Gadafi ahora en poder de los rebeldes

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A todo lujo. Piscina, mármoles, oro y toda clase de comodidades. Así era la casa de Aisha, la única hija de Muamar Gadafi de la que ahora, tras el asedio rebelde en Trípoli, los libios han empezado a conocer sus detalles.
Situada en el distrito de Fashloom, al este de Trípoli, su residencia ha sido bautizada por algunos como el «palacio de la prostituta», según publica ‘The Times’.
Se trata de una mansión de tres plantas, rodeada de un exuberante jardín decorado con varias fuentes. También tiene una piscina interior, donde todavía flotan algunos juguetes de plástico que pertenecían a sus hijos, un gimnasio, una casa para invitados y una cocina de lujo.
«No puedo creer que alguien viva de esta manera. Quizás en Beverly Hills, pero no en Libia», explica uno de los vecinos que entró en la mansión.
Dentro, la casa está decorada con lámparas lujosas y todo el suelo está compuesto de mármol. Debajo de una gran escalera de caracol reposa el ya famoso sofá dorado en forma de sirena y con la cara de Aisha.
Al entrar en el dormitorio principal «te quedabas sin aire», explica el reportero del periódico británico. En el centro, una gigantesca cama doble, sobre la que los vecinos no dudaron en saltar.
Aisha también disfrutaba de un vestidor y no le bastaba con tener un solo baño, sino que dentro de su habitación tenía dos: uno para hombres y otro para mujeres.

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