La protesta «de los pinguinos» que busca terminar con la desigualdad en la educación chilena

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Los jóvenes universitarios, liderados por Camila Vallejo, estudiante de Geografía de 23 años, Presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, FECh, iniciaron el movimiento que se ha ampliado a universidades públicas y privadas del resto del país. Plantean que para que la educación recupere la calidad que ha perdido se requiere que vuelva a quedar bajo la tuición del Estado. Y para financiarla, están los miles de millones de dólares que se llevan las empresas del cobre privadas, extranjeras y nacionales.
La reforma pinochetista de la educación consistió en municipalizarla e implantar un sistema de concesiones .Esto le permitía también a su régimen mantener bajo vigilancia a los profesores, que como gremio han sido uno de los más fuertes y progresistas en lo político.
Para lograr una concesión, el postulante, al que se denomina “sostenedor”, debe tener determinados recursos económicos propios y recibe vía municipio una cantidad por alumno, según se trate de una escuela en la que los éstos coman allí o no.
No se le pide nada más, no tiene que demostrar que está moral y culturalmente capacitado para ejercer una función directiva en materia de educación. Son frecuentes los reclamos que indican que el “sostenedor” recibe dinero para dar la comida pero no lo hace o no mantiene a los alumnos en el plantel durante el horario corrido. En estos días trascendió que uno de los beneficiados con estas concesiones es el ex capitán de ejército Pedro Enrique Fernández Dittus, quién fue el jefe de la patrulla militar que roció con gasolina a dos jóvenes que participaban en una protesta contra el régimen de Pinochet en 1986.
Uno de los jóvenes murió debido a las quemaduras y la joven quedó con el cuerpo y el rostro desfigurados. El caso provocó la repulsa internacional, pero Fernández Dittus fue absuelto porque la Corte Marcial sólo consideró que fue “negligente”.
En el plano universitario, subsisten las universidades financiadas por el Estado, pero han proliferado las privadas que, como en todas partes, son caras y no por eso son mejores que las estatales. El punto más álgido respecto a las universidades privadas radica en el lucro que obtienen mediante acuerdos con organismos del sector privado. Los estudiantes demandan que se elimine el lucro de la educación y el presidente Piñera dio a conocer su proyecto antes de viajar a México.
Ese proyecto llamado “Gran Acuerdo Nacional para la Educación, GANE”, como él mismo lo dijo en su discurso al país, es muy discutido porque según unos permite el lucro en las universidades y, para otros, abre el debate sobre el tema, las dos posibilidades son cuestionadas.
El mandatario planteó también crear un fondo para la educación de 4 mil millones de dólares, lo que abrió una discusión porque aparentemente sólo sería una garantía, no una asignación de esa cantidad.
Mientras, los estudiantes de universidades privadas y estatales de todo el país se preparaban una nueva marcha. Y este debate encuentra al presidente Piñera en una situación no muy cómoda.
En la víspera de su viaje a México se conocieron dos encuestas. Una señala que la aprobación al mandatario es del 35 por ciento, 12 puntos menos que en Diciembre, y que la desaprobación subió del 41 al 53 por ciento. La segunda encuesta indica que sólo obtuvo un 31 por ciento de respaldo, perdió 5 puntos, y el rechazo subió al 60 por ciento

El cobre

El lunes de la semana que termina se cumplieron 40 años de la nacionalización de la gran minería del cobre, a través de una reforma constitucional enviada por el presidente Allende al congreso y aprobada por la unanimidad de los partidos políticos. En teoría la nacionalización sigue vigente y el Estado debería ser el único dueño de la riqueza cuprífera. En la práctica no es así. La dictadura no modificó esa parte de la constitución, pero estableció que el 10 por ciento de las ventas del cobre nacionalizado sería para las fuerzas armadas.
Pero Chile es un país rico en cobre, tiene el 50 por ciento de las reservas conocidas a nivel mundial y los militares, en defensa de su 10 por ciento mantenían lo establecido en la constitución. Eso duró hasta que José Piñera, ministro del Trabajo y Previsión Social fue designado ministro de Minería.
Y así como terminó con el sistema de previsión existente, el hermano del actual presidente encontró la fórmula para concesionar nuevos yacimientos cupríferos al sector privado nacional y a las empresas trasnacionales.
Bajo la modalidad de “concesión plena”,considerado “un derecho de duración indefinida” que es una “concesión judicial” de la que queda excluida el poder legislativo, las empresas pueden hacer lo que quieran, incluso vender.
Hasta el gobierno que encabezó Ricardo Lagos no pagaron impuestos, a partir de ahí se les fijó una renta, mal llamada royalty, del 4 por ciento, que ahora se ha subido al 8 por ciento, considerando los altos precios que ha alcanzado el cobre.
Las utilidades de esas empresas no se quedan en Chile, Sólo entre los años 2006 y 2010 sus ganancias suman 123 mil millones de dólares y para este año se estima que alcanzarán los 34 mil 632 millones de dólares.
Pero la historia se inició en los años 80 cuando José Piñera asumió el ministerio de Minería y hay economistas que calculan el total de esas utilidades entre 200 y 300 mil millones de dólares. La que le aporta dinero al Estado chileno es la Corporación del Cobre, Codelco, creada en la nacionalización y que ahora, dado el auge en los precios, se teme que sea privatizada con el expediente de costumbre, convertirla en empresa deficitaria.

Frida Modak es periodista. Fue Secretaria de Prensa del Presidente Salvador Allende.
Cuba Debate

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