Este joven león empezó de pronto a renguear. Su dueña, Raquel Borges, lo notó enseguida. En uno de sus tantos saltos se había lastimado. Lo que podía parecer una simple torcedura se transformaría en un calvario que lo dejaría inmóvil. Hoy, a poco más de un año de aquel incidente, sus cuidadores buscan desesperadamente ayuda para salvarlo.
Es que la simple torcedura de Ariel resultó ser mucho más grave de lo esperado. Se trataba en realidad de una hernia de disco en su columna vertebral. Ariel tuvo que ser operado para poder aliviar la presión que ejercía el disco lastimado. Pero tras la operación, las patas del león dejaron de responder.
Sus médicos y cuidadores lo intentaron todo, pero Ariel quedó parapléjico. Veterinarios de Israel viajaron hasta la ciudad de Maringá, en el noroeste del Estado de Paraná, en Brasil, donde vive para estudiarlo. Y después de hacerle varios exámenes descubrieron que tiene una enfermedad degenerativa que se asemeja a la esclerosis múltiple, al mal de Parkinson y al síndrome de Guillain-Barré, un trastorno autoinmune que puede causar parálisis. Pero no logran descifrar de qué se trata exactamente.
A medida que el tiempo pasa y los músculos del león se debilitan y atrofian, Ariel empeora. Desesperados, sus dueños lanzaron una campaña online para conseguir ayuda. Necesitan donaciones que permitan pagar los 11.500 dólares al mes que cuesta su rehabilitación.
Su veterinaria, Livia Pereira, explica que los gastos del tratamiento provienen de las donaciones que envían unas 35.000 personas, muchas de ellas, fans de Ariel en Facebook.