Desfamiliarización y deserción escolar

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Entre todas las problemáticas que acucian a nuestra sociedad, y en especial a familias y niños en relación con la educación

 

S se han detectado en los últimos estudios, la importancias que tiene la fractura o disfunción familiar (desfamiliarización), con relación a la deserción escolar. Ambos fenómenos convergen en el deterioro del capital humano. El mismo es precisamente una geometría vinculante entre familia y escuela; así como el capital humano se articula y potencia con el capital social.
El abandono escolar tanto primario o secundario o tener solamente el ciclo primario cumplido, forman parte de las anomalías, entre otras cosas, adictivas más prevalentes. La mayoría de las personas adictas que entran en estructuras de la salud pública forman parte de este conglomerado de educación incompleta. Indudablemente la escolaridad interrumpida es un factor de riesgo y habitualmente está asociado a familias multi-problemáticas. Según el 40 % de los que abandonan el ciclo escolar provienen o pertenecen a esta categoría de estructuras. Como sabemos, la iniciación del uso de drogas y alcohol no solo ha aumentado sino que ha bajado la edad de comienzo; y esto está relacionado también, a veces, a la delictividad como consecuencia de esta díada de distorsiones familiares-deserción escolar, las que unidas revisten una gravedad social inusitada. Por lo tanto el pronóstico que se genera es negativo. A ello hay que agregarle también, de acuerdo a los estudios, que en estas comunidades con iniciación precoz de las drogas y alcohol, descolarización y familias desestructuradas y, en algunos casos inexistentes, se halla una alta incidencia de SIDA.
Ya Alexander Mitscherlich, en su libro “Sociedad sin padre” alertaba acerca de lo que puede ocurrir en una sociedad cuando se pierde la figura del padre, cuyo rol es el de marcar la ley y el límite familiar, en estas estructuras vulnerables aumenta situaciones de violencia y tasas de criminalidad. A su vez está comprobado que existe una correlación entre pobreza y familia sin padre. Lejos de un primer scaneo familiar que hace pensar que la ausencia de un padre puede ser motivo de distorsión familiar, porque existen estructuras monoparentales con coherencia de valores, donde la cultura del esfuerzo y del trabajo, prima sobre la del delito.
En estructuras vulnerables ¿Cuáles serían las repercusiones en los jóvenes que crecieron en familias sin el rol del padre? Interrumpir los estudios escolares, permanecer sin estudiar por períodos prolongados, y riesgo de embarazo adolescente. Además son más vulnerables de padecer enfermedades mentales, controlar sus impulsos, vulnerabilidad acentuada a la presión de sus pares y posibilidades mas ciertas de tener problemas con la ley.
Y es tan importante lo que estoy describiendo, que las Naciones Unidas realizó un estudio en 45 países y comprobó que la relación de ausencia de padre y delincuencia, era más fuerte que la que vincula al fumar con el cáncer de pulmón y a las enfermedades cardíacas.
Por eso la tendencia actual para una política de tratamiento y prevención es religar, solidarizar, generar responsabilidad y trabajar en la formación de actores sociales; reconstruir la vida de todos estos jóvenes, aportando fuertemente a la formación de ciudadanos. Esta la única tendencia para civilizar y no llegar a la cultura de la barbarie, que está relacionada con la cultura de la muerte

LIC, ELENA FARAH

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