Hoy se cumple un siglo del nacimiento de una de las glorias del deporte argentino y uno de los mejores corredores del automovilismo mundial. «Si mis campañas han servido para algo, si corriendo automóviles fui útil a mi patria, eso lo dirá el tiempo. Yo sólo tengo un deseo, y es que mi conducta en el mundo pueda ser aprovechada por la juventud» , dijo allá por 1958.
Hoy, en el país y en otros lugares del mundo, será recordado su natalicio al cumplirse 100 años del hombre que para muchos fue el mejor deportista argentino de todas las épocas.
De la unión de sus padres, Herminia D`eramo y Loreto Fangio, nació el 20 de junio de 1911 en Balcarce, provincia de Buenos Aires, quien sería años después el quíntuple campeón mundial, ganando los títulos de 1951, 1954, 1955, 1956 y 1957.
Tras sus comienzos en la albañilería y la herrería, junto a su padre, comenzó a incursionar en el deporte con el fútbol integrando el equipo del Club Rivadavia de Balcarce y también probó en el boxeo, aunque duró muy poco.
Luego cumplió con el servicio militar obligatorio durante un año en el VI Regimiento de Caballería en Campo de Mayo.
El 25 de octubre de 1936 debutó como piloto en una carrera no oficial en el circuito de Marcos Juárez con el seudónimo Rivadavia, evitando que su familia supiera que competía, ya que estaba totalmente en contra.
«El Chueco», tal como se lo reconocería en el mundo, debutó en forma oficial el 27 de marzo de 1938 en el circuito de Necochea, como acompañante de Luis Finochietti, también de Balcarce, en el Turismo Carretera, manejando en la mayor parte del trayecto y clasificando séptimo.
Un año después ganó como piloto su primera carrera en el TC, el Gran Premio Internacional del Norte, una prueba de 9.500 kilómetros entre Argentina, Bolivia y Perú. En esa temporada, Fangio logró el título de campeón con un Chevrolet.
Posteriormente, en 1941, se consagró por segunda vez en el TC, sumando nuevo triunfo en 1942 en la carrera «Mar y Sierras», para luego suspender la actividad debido a la Segunda Guerra Mundial.
En 1946 retornó al TC disputando dos competencias en Morón y Tandil, tripulando un Ford T, en tanto que en febrero de 1947 lo hizo en la Mecánica Nacional (monoposto) en el circuito de Retiro.
Después ganó en TC la «Doble Vuelta de la Ventana», siguió sumando triunfos y, en 1948, durante la disputa del Gran Premio de América del Sur -entre Buenos Aires y Caracas- sufrió un vuelco y falleció su acompañante Daniel Urrutia.
El 27 de febrero de 1949 obtuvo su primera victoria contra pilotos europeos en el circuito del Torreón, en Mar del Plata, y meses más tarde -ya en el continente europeo- participó en 10 carreras de las cuales ganó 6 (San Remo, Pau, Perpiñan, Marsella y Albi).
De regreso a la Argentina fue recibido por una multitud para, posteriormente, participar por última vez en el TC en el Gran Premio, al término del cual el presidente Juan Domingo Perón le otorgó una medalla «al caballero del deporte» en el balcón de la Casa Rosada.
Sus logros le abren las puertas en el exterior hasta llegar a la Fórmula 1, que su primera temporada lo coloca segundo en el campeonato tras ganar tres de los siete Grandes Premios disputados en 1950.
Un año después se da el gusto de ganar el primer título mundial integrando el equipo oficial de Alfa Romeo con Giuseppe Farina y Luigi Fagioli.
En 1953 vuelve a quedar segundo y en 1954 recupera el trono, ganando seis de las nueve carreras del año, con Maserati en las dos primeras y Mercedes Benz en las restantes.
La escudería alemana lograba, de esa manera, su primer campeonato mundial.
En 1954 vuelve a correr para la marca, en equipo con Stirling Moss, gana cuatro Grandes Premios y su tercer título al comando de la famosa «Flecha de Plata», para volver a lograr los títulos de 1956 y 1957.
Allí se quedó con el record de cinco títulos ganados, recién quebrado 40 años después por el alemán Michael Schumacher.
Ese mismo año Mercedes Benz le regaló para su cumpleaños un modelo 300 SL color celeste metalizado.
En 1958 fue secuestrado en Cuba cuando se aprestaba a participar en el Gran Premio local.
Un comando del Movimiento 26 de Julio, liderado por Fidel Castro, lo tuvo cautivo durante 26 horas para difundir su lucha y luego liberarlo.
Retirado del automovilismo deportivo, fue nombrado Presidente Honorario de Mercedes Benz Argentina y se dedicó a construir su propio Museo, que contendría los trofeos y vehículos utilizados en su campaña, a la que luego se sumaron las de otros pilotos que hicieron la historia del automovilismo argentino.
Fangio falleció el 17 de julio de 1995, a los 84 años, y tras el velatorio realizado en el Automóvil Club Argentino sus restos fueron inhumados en el Panteón Familiar del cementerio de Balcarce, donde se hallan también sus padres y sus dos hermanos.
fUENTE: Telam