A diez días del inicio de la CopaAmérica, oficialmente sólo se pueden conseguir entradas para ver a la selección argentina en el tercer partido del Grupo A, ante Costa Rica en Córdoba, a un precio de $250. Apenas un dato que poco tiene que ver con otro realmente preocupante: el mercado negro empezó a ganar por goleada ni bien se abrió la venta legal y nada ni nadie supo detenerlo.
La empresa Ticketek es el canal oficial de la organización del torneo continental para la comercialización de los boletos. Para los partidos del equipo de Sergio Batista, obviamente los más requeridos, los precios comenzaban en $80 (popular para la cita inaugural, en La Plata ante Bolivia el 1º de julio) y se extendían hasta $480 (platea para ese mismo choque), o hasta $650 para los que apostaran a que llegaría a la final (palco en el Monumental).
Pero el mercado (ilegal) pronto se encargó de imponer que no hay límites en la búsqueda de rentabilidad. Esos mismos costos se elevaron a $700, $2.000 y $4.000, respectivamente, en sitios como Mercado Libre, donde figuran incluso usuarios que se jactan de la reputación de sus empresas. Sí, casi mil dólares por una entrada.
La oferta es inmensa y aumenta en cantidad y calidad al ritmo de la demanda, que se expresa en cientos de consultas de usuarios por cada publicación. Algunos expresan su bronca, otros se resignan a que esa es simplemente la única forma de asegurarse un lugar en este evento histórico y otros hasta se lo toman con humor. Como un usuario que realizó la siguiente pregunta a un vendedor de tickets para la final: «Aclará por qué es tan cara. Es inédito que se juegue una final de Copa América en un estadio de un equipo dela B». ¿La respuesta? «De momento es dela A. Saludos»