El daño al espacio privado, las sospechas de cobertura policial, denuncias en la Justicia, el arribo de barras y el temor a cruces entre militantes.
Redacción Telediario Digital – Los paredones públicos y privados pueden convertirse en la principal vidriera electoral y en un botín callejero de campaña que ya generó una fuerte polémica en medio. «Con pintura blanca con cal, un pincel de brocha gorda y un aerosol de color te alcanza para dejar el mensaje», admitió Mariano Mancinelli, militante de Libres del Sur, agrupación que respalda a Luís Juez y Hermes Binner.
Sin embargo, la calle tiene sus códigos y sus costos. Militantes de la oposición afirman que en «un par de noches», «barras» llegaron desde Córdoba y coparon los principales espacios con grandes letreros.
La disputa se agudizó hasta poner en un manto de sospechas a la jefatura de la Policía cuando surgieron denuncias de presunta cobertura a los carteles de José Manuel De la Sota por «órden de arriba».
«En la calle 9 de Julio y San Martín y había una custodia policial cuidando una pintada del candidato oficialista», afirmó Mancinelli luego de que el jefe de la Departamental, comisario mayor Carlos Galbucera, intentara desmentir cualquier versión al respecto.
A la Justicia
Franco Miranda, dirigente de «La Militante», sostuvo que están «muy enojados» porque «De la Sota ha sufrido muchas agresiones en la vía pública» y confirmó que realizaron una denuncia en la que apuntan contra «el juecismo».
«Cuando nosotros tuvimos percances nos señalaron con el dedo y ahora nos sentimos agraviados. Rins, Benedetto y otros radicales salieron a decir cosas que no son reales», resaltó.
Añadió que «dirgientes de Libres del Sur estaban rayando pintadas y afectas casas de familia».
«Las pintadas de De la Sota se hacen en lugares autorizados. En Fotheringam y Mitre y Fotheringam se han rayado casas y comercios con consignas agresivas. Incluso esto ha ocurrido en centros médicos», afirmó.
Opositores detenidos
Al menos cuatro dirigentes ya fueron detenidos por «daños al espacio público y privado» en medio de la campaña. Dos pertenecen al kirchnerismo y otros dos son militantes del socialismo.
«Las reglas no son parejas para todos. Las pintadas son lo más barato para los partidos que no tienen recursos. Es algo económico y muy visible. La folletería y volantes requiere de más de 6 mil pesos para llegar a los barrios», describió Mancinelli.
Por su parte, Marcos Chavero, del Socialismo, consideró que «hay una persecusión policial contra los chicos de los partidos de la oposición para defender a De la Sota».
«Hace dos semanas atrás, tipo 23 horas, fueron detenidos dos compañeros que estaban en un espacio baldío, si afectar carteles de otro sector político, en 25 de Mayo, entre Sobremonte y Constitución. Hace 8 años que trabajo en campañas y nunca pasó algo igual», resaltó.
Chavero recordó que el último episodio «de real agresión contra otra persona» ocurrió cuando dirigentes del delasotismo fueron advertidos lanzados panfletos que acusaban a Juan Jure «de ladrón».
Por ahora, la pelea parece no provocar enfrentamientos físicos entre los militantes, como sí ocurrieron en elecciones anteriores, aunque el arribo de «gente de afuera» genera temor.
«Entre los jóvenes de la ciudad nos conocemos, tenemos los teléfonos, sabemos que no se puede llegar a nada malo. Pero, a veces llegan tipos de Córdoba», reconoció Chavero.
«Barras de Talleres y Belgrano»
Lucas Castro, presidente de la Juventud Radical, dijo que «preocupa que habiendo inseguridad, homicidios y robos, la Policía intervenga contra las pintadas»
«Los que pintan para De la Sota parece que tuvieran vía libre. Nosotros no vamos a entrar en una pelea de afiches y pintadas», señaló.
Castro dijo que «el oficialismo tiene recursos muy importantes, han desplegado cartelerías importantes y pintadas».
«Hay aparatos muy grandes, con altos costos en imprentas. Esto siempre pasó. Cuando fue la elección municipal nos cruzaban con hinchas de Belgrano y Talleres que tenían un despliegue increíble en favor del candidato peronista. Es muy complicado porque no los conocemos. Ellos vienen a hacer un trabajo y cumplen la misión, como sea», admitió.