La presidenta anunció que el ministro de Economía de la Nación será su compañero de fórmula que presentarán en las elecciones internas abiertas del 14 de agosto, de cara a los comicios del 23 de octubre.
La presidenta Cristina Kirchner reveló hoy el misterio sobre su compañero de fórmula y confirmó que el ministro de Economía, Amado Boudou, la acompañará en la carrera reeleccionista el próximo 23 de octubre, por su «calidad humana» y «lealtad al proyecto» iniciado en 2003.
Pasadas las 19:00, ante la mirada atenta de legisladores, funcionarios, gobernadores, actores, sindicalistas y dirigentes en la quinta de Olivos, la primera mandataria dio a conocer el nombre del elegido: «Necesito a alguien que no tenga miedo», señaló.
«Las medidas más importantes que hemos tomado en estos ocho años de gestión son la reestructuración de la deuda y la recuperación de la administración de los recursos de los trabajadores. Y la persona que vino a proponerme en aquel momento de crisis, cuando el mundo se derrumbaba y teníamos que adoptar una medida, fue nuestro hoy ministro de Economía que es el hombre que me va a acompañar», subrayó la jefa de Estado.
Tras disiparse la incógnita, la tribuna oficialista estalló en un aplauso de pie y todas las miradas se posaron en el titular del Palacio de Hacienda quien, visiblemente exultante por el nombramiento, se abrazó con varios de sus compañeros de Gabinete.
«Además de confiar en las calidades personales de Amado, sobre todo lo he valorado porque lo importante no es haber pensado siempre y tener la misma orientación toda la vida, lo importante es saber cambiar cuando el mundo cambia», resaltó la presidenta, en referencia al pasado del ministro en la Ucedé.
Según dijo la mandataria, los que siempre estuvieron «encuadrados en un determinado espacio tiene un valor, pero también que adviertan que el mundo ha cambiado y cambien».
«Necesito alguien a mi lado que no le tenga miedo a las corporaciones, a los preconceptos, a lo desconocido, porque el mundo va a seguir cambiando», recalcó Cristina.
En la Quinta de Olivos, adonde de concentraron decenas de militantes kirchneristas para aguardar la noticia, la presidenta afirmó que en esta oportunidad se le dio «tanta importancia» a la cuestión del vicepresidente por el antecedente del radical Julio Cobos, que abandonó el oficialismo en 2008, en medio del conflicto del campo.
«Antes la figura de un vicepresidente era importante, pero a partir de los hechos que son de público conocimiento, la figura del vice tiene mayor importancia», señaló la jefa de Estado.
A su entender, «por las cosas que pasaron, se ha puesto en valor la necesidad de atributos en la persona que acompaña a la presidenta».
«La lealtad, no una lealtad tonta, porque somos un proyecto político, tiene que ver con la identificación del modelo y con la valentía que hay que tener para ejercitar esa lealtad», subrayó Cristina, momentos antes de develar el misterio.
Con este nombramiento, la presidenta le otorgó un importante rol al ministro en el caso de que el próximo 23 de octubre consiga la reelección, además de anticipar que habrá cambios en el Gabinete, ya que otro dirigente deberá hacerse cargo del Palacio de Hacienda.
A la vez, con la designación del ex candidato a jefe de Gobierno porteño, le hizo un guiño al titular de la CGT, Hugo Moyano, quien había expresado que Boudou era su preferido para ocupar la Vicepresidencia.
El ministro de Economía, que se mostró en la Quinta vestido informal con camisa, saco abierto y sin corbata, cumple con los requisitos que la primera mandataria buscaba para su compañero fórmula, como ser parte de una nueva generación de dirigentes.
«Espero que sigamos redoblando es esfuerzo en una sociedad muy esperanzada y podamos seguir creciendo, porque la gente ha logrado cosas que eran impensadas. Ese es el gran compromiso que anima a esta Presidenta y a este ministro y, además, más le vale», bromeó la primera mandataria.
A la Quinta presidencial asistieron todos los ministros del Gabinete, que abrazaron efusivamente a Boudou tras la confirmación, además de los gobernadores Jorge Capitanich, Sergio Urribarri y Juan Manuel Urtubey entre otros.
También acompañaron el anuncio los hijos de la presidenta, Máximo y Florencia, su madre Ofelia Wilhelm y su hermana Giselle.
El mandatario cordobés, Juan Schiareti, fue de la partida. El gobernador encuadró el gesto casi en una cuestión procolar, alejado de cualquier entusiasmo.
«Yo hago lo que decide el peronismo de Córdoba, que ha decidido apoyar la candidatura y me ha designado a mí para que lo represente», había expresado.
La parquedad de Schiaretti reflejaba la inocultable distancia entre el kirchnerismo y la conducción del PJ cordobés. A esa hora, la negociación en procura de cerrar una lista única de legisladores nacionales estaba empantanada por diferencias irreconciliables.
También estuvo sentado entre los invitados especiales de la presidenta en Olivos, el intendente de Córdoba, Daniel Giacomino.
Pasadas las 19:00, ante la mirada atenta de legisladores, funcionarios, gobernadores, actores, sindicalistas y dirigentes en la quinta de Olivos, la primera mandataria dio a conocer el nombre del elegido: «Necesito a alguien que no tenga miedo», señaló.
«Las medidas más importantes que hemos tomado en estos ocho años de gestión son la reestructuración de la deuda y la recuperación de la administración de los recursos de los trabajadores. Y la persona que vino a proponerme en aquel momento de crisis, cuando el mundo se derrumbaba y teníamos que adoptar una medida, fue nuestro hoy ministro de Economía que es el hombre que me va a acompañar», subrayó la jefa de Estado.
Tras disiparse la incógnita, la tribuna oficialista estalló en un aplauso de pie y todas las miradas se posaron en el titular del Palacio de Hacienda quien, visiblemente exultante por el nombramiento, se abrazó con varios de sus compañeros de Gabinete.
«Además de confiar en las calidades personales de Amado, sobre todo lo he valorado porque lo importante no es haber pensado siempre y tener la misma orientación toda la vida, lo importante es saber cambiar cuando el mundo cambia», resaltó la presidenta, en referencia al pasado del ministro en la Ucedé.
Según dijo la mandataria, los que siempre estuvieron «encuadrados en un determinado espacio tiene un valor, pero también que adviertan que el mundo ha cambiado y cambien».
«Necesito alguien a mi lado que no le tenga miedo a las corporaciones, a los preconceptos, a lo desconocido, porque el mundo va a seguir cambiando», recalcó Cristina.
En la Quinta de Olivos, adonde de concentraron decenas de militantes kirchneristas para aguardar la noticia, la presidenta afirmó que en esta oportunidad se le dio «tanta importancia» a la cuestión del vicepresidente por el antecedente del radical Julio Cobos, que abandonó el oficialismo en 2008, en medio del conflicto del campo.
«Antes la figura de un vicepresidente era importante, pero a partir de los hechos que son de público conocimiento, la figura del vice tiene mayor importancia», señaló la jefa de Estado.
A su entender, «por las cosas que pasaron, se ha puesto en valor la necesidad de atributos en la persona que acompaña a la presidenta».
«La lealtad, no una lealtad tonta, porque somos un proyecto político, tiene que ver con la identificación del modelo y con la valentía que hay que tener para ejercitar esa lealtad», subrayó Cristina, momentos antes de develar el misterio.
Con este nombramiento, la presidenta le otorgó un importante rol al ministro en el caso de que el próximo 23 de octubre consiga la reelección, además de anticipar que habrá cambios en el Gabinete, ya que otro dirigente deberá hacerse cargo del Palacio de Hacienda.
A la vez, con la designación del ex candidato a jefe de Gobierno porteño, le hizo un guiño al titular de la CGT, Hugo Moyano, quien había expresado que Boudou era su preferido para ocupar la Vicepresidencia.
El ministro de Economía, que se mostró en la Quinta vestido informal con camisa, saco abierto y sin corbata, cumple con los requisitos que la primera mandataria buscaba para su compañero fórmula, como ser parte de una nueva generación de dirigentes.
«Espero que sigamos redoblando es esfuerzo en una sociedad muy esperanzada y podamos seguir creciendo, porque la gente ha logrado cosas que eran impensadas. Ese es el gran compromiso que anima a esta Presidenta y a este ministro y, además, más le vale», bromeó la primera mandataria.
A la Quinta presidencial asistieron todos los ministros del Gabinete, que abrazaron efusivamente a Boudou tras la confirmación, además de los gobernadores Jorge Capitanich, Sergio Urribarri y Juan Manuel Urtubey entre otros.
También acompañaron el anuncio los hijos de la presidenta, Máximo y Florencia, su madre Ofelia Wilhelm y su hermana Giselle.
El mandatario cordobés, Juan Schiareti, fue de la partida. El gobernador encuadró el gesto casi en una cuestión procolar, alejado de cualquier entusiasmo.
«Yo hago lo que decide el peronismo de Córdoba, que ha decidido apoyar la candidatura y me ha designado a mí para que lo represente», había expresado.
La parquedad de Schiaretti reflejaba la inocultable distancia entre el kirchnerismo y la conducción del PJ cordobés. A esa hora, la negociación en procura de cerrar una lista única de legisladores nacionales estaba empantanada por diferencias irreconciliables.
También estuvo sentado entre los invitados especiales de la presidenta en Olivos, el intendente de Córdoba, Daniel Giacomino.