El hecho ocurrió hace tres años. Por un subsidio de 49 mil pesos, un grupo de alumnos tomó el Consejo Superior. Los integrantes del cuerpo deliberativo y quienes estaban participando de aquella sesión fueron encerrados en el recinto y privados de su libertad.
PRENSA UNRC – Fue archivada la causa administrativa que generó la inusitada protesta en la que un grupo de estudiantes encerraron hace tres años durante más de una hora a los consejeros superiores de la Universidad Nacional de Río Cuarto para exigirles que trataran el otorgamiento de un subsidio de 49 mil pesos, un hecho sin precedentes que había derivado en una investigación sumaria. El punto final para esta cuestión fue resuelta por el Consejo Superior en una decisión dividida, en la que hubo dos abstenciones y un voto negativo.
Se abstuvieron la consejera docente de Ciencias Económicas, Adriana Vagnola y el estudiante de Ciencias Exactas, Martín Garau, mientras que el consejero alumno de Ciencias Económicas Juan Ignacio Romero, votó en contra.
Si bien se habló de la necesidad de generar pacificación en la Universidad y de “echar un manto de piedad sobre los autores”, una vez finalizada la sesión tras el tratamiento de este asunto como último tema del orden día, hubo insultos y manifestaciones violentas, en el pasillo del Rectorado. El consejero estudiantil de Ingeniería Alejandro Gamba increpó al consejero superior estudiantil de Ciencias Económicas Martín Eduardo Carletti, quien se había manifestado en contra del despacho de la Comisión de Interpretación y Reglamento, que finalmente obtuvo el voto de la mayoría. También se sumó a la disputa verbal -que a esa altura era en tono elevado y hasta se comparaba a los estudiantes opositores de la votación del despacho con los protagonistas de la dictadura militar del 24 de marzo de 1976- el actual consejero graduado Emiliano Di Claudio, quien cuando se produjeron aquellos lamentables sucesos de encierro se desempeñaba como presidente de la Federación Universitaria de Río Cuarto y tuvo una activa participación en la presión que el sector estudiantil ejerció aquella tarde para la consecución del mencionado subsidio de 49 mil pesos. Di Claudio, ayer martes, ya como consejero superior graduado, momentos antes de la pelea que protagonizó a los gritos en puerta misma de la Sala Pereira Pinto, había votado a favor del archivo ‘pacificador’ de la causa.
Según se indica en el despacho de la Comisión de Interpretación y Reglamento del Consejo Superior este tema fue tratado a partir de un planteo presentado en diciembre de 2008 por los anteriores consejeros estudiantiles del Espacio Independiente Lucas Dobrusin y Estefanía Bresso, quienes pidieron el archivo de las actuaciones, frente a la investigación sumaria correspondiente a los hechos ocurridos en una sesión del Consejo Superior de la Universidad de marzo de 2008.
Los hechos
El martes 4 de marzo de 2008, en la primera sesión ordinaria de ese año del cuerpo colegiado, unos 40 estudiantes encerraron a los consejeros superiores durante más de una hora para exigirles que trataran el otorgamiento de un subsidio de 49 mil pesos que habían solicitado el 12 de febrero anterior.
Al día siguiente, el entonces rector Oscar Spada inició una investigación sumaria para determinar responsabilidades por el encierro a los consejeros superiores.
Durante una hora no dejaron salir, ni entrar a nadie. Ante el pedido reiterado del entonces rector, Oscar Spada y, luego de que dos no docentes impusieran su actitud de entrar por la puerta que comunica a la Sala Pereira Pinto, donde se concretó la sesión, con el despacho del rector, los estudiantes permitieron ingresar al entonces consejero Claudio Demo, que se había retirado por un momento del recinto, lapso que aprovecharon algunos periodistas que hasta entonces se habían visto impedidos de cubrir la reunión. También logró entrar el entonces vicerrector Juan José Busso.
Desde que los estudiantes, encabezados por el entonces presidente de la Federación Universitaria de Río Cuarto, Emiliano Di Claudio, ingresaron cerca de las 15 a la sala con cánticos y dos redoblantes, la sesión fue cobrando cada vez mayor tensión. Enojados ante la imposibilidad de contar con esa ayuda económica, algunos consejeros y otros dirigentes estudiantiles, a veces sin esperar que le concediera el uso de la palabra, recurrieron a insultos hacia los demás miembros del cuerpo colegiado.
El accidente que le costó la vida a un alumno y cinco docentes el 5 de diciembre de 2007 cuando explotó la Planta Piloto de Ingeniería, sirvió para que los dirigentes estudiantiles a dos meses del hecho, en la reunión del Consejo Superior del pasado 12 de febrero de 2008, solicitaran además de matafuegos, salidas de emergencia y reparaciones en las instalaciones eléctricas, un subsidio de 49 mil pesos para solventar las pérdidas que sufrieron por tener que cerrar sus kioscos y fotocopiadoras en ese trágico diciembre. Este pedido de siete mil pesos para cada uno de los seis centros de estudiante y para la Federación desnudó en aquélla oportunidad una disputa que terminó en encierro.
La bronca fue entre los solicitantes que presionaron por todos los medios para que les otorgaran el subsidio y los propios consejeros que se sintieron agraviados por los improperios de los jóvenes, que los trataron en reiteradas oportunidades de “hipócritas” y “cínicos”. Lo cierto es que los estudiantes lograron que el cuerpo decidiera volver a reunirse a los dos días –el jueves siguiente-, en una sesión extraordinaria, para el tratamiento del subsidio como único tema.
“Ay, ay , ay… que risa que me da… si no sale el subsidio… el quilombo que se va armar…”, cantaban los estudiantes desde el comienzo de la sesión. Y uno de los primeros en tomar la palabra fue Emiliano Di Claudio, quien se quejó porque no se tomaba en consideración un despacho, según ellos de minoría, que hicieron llegar minutos antes de la reunión. Y dijo: “Los decanos están demostrando el mayor cinismo. Le creo a usted rector –Oscar Spada-, pero no a los decanos. Queremos que el tema se trate ahora. Y vamos a ver la voluntad política que tienen. Porque hubo que perseguirlos para que se reuniera la Comisión –de Presupuesto-”.
Lo cierto es que no había un despacho de la mayoría y que, por tanto, el tema no había salido de la comisión para su tratamiento en el plenario.