Los hábitos alimentarios en los adolescente inciden en el rendimiento escolar
La presente investigación realizada en una escuela secundaria, revela a través de las encuestas cifras preocupantes acerca del conocimiento y toma de conciencia por parte de nuestros alumnos sobre la importancia que tiene, en esta etapa de formación psicofísica, el significante de hábitos alimenticios saludables, para un proceso tan importante de cambios tanto mentales como actitudinales. Se encuestaron alumnos, docentes, alumnos, profesores, kiosco, familias; la misma fue realizada con el Prof. José Enriquez, docente de Proyectos Educativos de la institución. El objetivo específico fue determinar si existía una problemática, y de ser así como abordarla desde el punto de vista de la escuela. De las distintas variables emprendidas, resumiremos las más significativas. Por ejemplo:
Un desayuno saludable es el que cumple con el aporte adecuado de nutrientes y minerales, entre ellos cabe destacar como los principales a los hidratos de carbono, proteínas y calcio. Es imprescindible realizar el desayuno variado, el cual no lo realizan diariamente el 37,5% de los adolescentes entre 14 – 19 años. Además es esencial que contenga una porción de lácteos, los cuales los consumen pocos debido a su aporte de calcio, una fuente de hidratos de carbono que aporten la energía necesaria como por ejemplo: pan, galletitas o cereales que los consumen los menos, ya que hay una alto consume de productos de panaderías como bizcochos y facturas. Y por ultimo una porción de frutas o ensalada de frutas como aporte de vitaminas, y esto no se ve reflejado. Es significativo el porcentaje de adolescentes que no desayunan diariamente trayendo aparejados disminución de su rendimiento escolar, ya que disminuye su atención y se dispersan. Además provoca cansancio, dolor de cabeza y desgano.
La dieta de los adolescentes es desequilibrada y monótona ya que se evidencia principalmente un consumo de alimentos hidrocarbonatos, por ser los mismos más económicos y accesibles para las familias de estos adolescentes. Esta dieta no equilibrada presenta un riesgo de sufrir trastornos orgánicos causados por la carencia y/o exceso de ciertos nutrientes básicos. Solo el 30% de los adolescentes cubren una alimentación completa con aporte de Calcio, Agua, Fibras, Proteínas de alto valor biológico, Vitaminas y Minerales.
Entre las 10 reglas básicas de la alimentación saludable, recomiendan evitar los productos de panadería y el 76,56 % de los adolescentes lo consumen a diario. Los productos más baratos del kiosco se venden más. Lo que implica que consumen Calorías Vacías, Sodio, Grasas Saturadas e Hidratos de Carbono Simples. El PAICOR brinda una alimentación completa, equilibrada y nutritiva para los adolescentes aunque los que almuerzan ahí son los menos.
Es una constante la disminución de la capacidad intelectual en esta franja encuestada de personas afectadas por la calidad nutritiva de la dieta. Sus hábitos no saludables se relacionan con factores de riesgo que pueden alterar su salud generando sobrepeso y obesidad. Los factores de riesgo que quedan demostrados a través del análisis de datos son el sedentarismo, alto consumo de grasas saturadas y calorías vacías, consumo de alcohol entre otros. Si uno suma las 4 – 8 horas que pasan los adolescentes frente a la PC y TV, mas la no realización de actividad física extra a la del colegio estamos ante una situación de sedentarismo adolescente. Mientras aumentan las horas del adolescente al frente de la TV y la PC aumenta la tendencia a consumir alimentos con alta densidad calórica. Las consecuencias a largo plazo a nivel salud física son riesgo de hipertensión arterial, afecciones cardiacas y otras patologías asociadas. La combinación de sedentarismo y hábitos alimentarios no saludables enfatizan el riesgo de padecer sobrepeso u obesidad infantil. Los adolescentes en edad escolarizada reciben información sobre la temática analizada especialmente en la escuela, sin embargo la realidad muestra que el 70% de ellos consideran no tener una buena alimentación, por lo tanto la forma en que reciben la información no es la suficiente o adecuada para lograr que tomen conciencia de que practican malos hábitos alimenticios y no alimenticios, y se encaminen a la búsqueda de una vida saludable. El colegio realiza prevención aunque la realidad muestra que al adolescente no es fácil de llegar, lo cual indica que se deben buscar otras estrategias de enseñanza-aprendizaje para lograr una educación alimentaria más fácil de incorporar.
PROF. JOSE ENRIQUEZ
LIC ELENA FARAH