Los propietarios de bar dicen que cayeron los ingresos. Sin embargo, en los kioscos se «vende igual». Los fumadores cumplen la ley, pero mantienen la adicción.
Ricardo es propietario de un bar frente a la Plaza Roca y recuerda nostalgioso las tardes en que los clientes aguardaban junto a la barra que se desocupara una mesa. Asegura que la implementación de la Ley Antitabaco provocó una caída «de más del 50 por ciento en los ingresos» y pide por el regreso del «sector de fumadores».
«Cuando se creó la ley muchos dejaron de venir y ahora nos sigue perjudicando. La gente tiene que salir afuera para fumar, incluso en pleno invierno, y se quedan menos tiempo en el bar», resaltó.
Los fumadores acataron la ley pero no abandonan el consumo de tabaco. Viviana admite que «no fue fácil» dejar el hábito en el interior de los locales, aunque señaló que «el respeto a la norma debe ser para todos».
«Yo no dejo de fumar porque esto es un vicio. No te cambian por una ley. Lo que hago es tomar el café afuera, aunque haga frío», se lamentó.
En los quioscos la situación no empeoró por las restricciones al consumo en lugares cerrados públicos y privados. Roberto, propietario de un comercio al oeste de la ciudad, afirmó a Telediario que «ni el aumento de precios hace bajar las ventas».
«Si no ofrecés cigarrillos perdés clientes. Lo que me sorprende es que son cada vez más jóvenes los que vienen a comprar el atado. Incluso, los sectores más humildes se llevan los puchos alternativos, pero no dejan de fumar», aseveró.
Hace cinco años, Río Cuarto se convirtió en una de las primeras ciudades del país en adherir a la Ley Antitabaco. La norma se cumple, pero los fumadores no cambian sus hábitos.