Una docente de Monterrey, México, hizo que sus alumnos se echaran cuerpo a tierra y los entretuvo mientras se oía un tiroteo a dos cuadras. Fue reconocida por su actitud heroica.
Observe el video
La historia se conoció el fin de semana luego de que un amigo de la maestra subiera a YouTube un video en el que se ve a un grupo de niños tirados en el piso mientras su profesora les canta y les pide que permanezcan en el suelo mientras al fondo se escuchan las ráfagas de armas largas.
Rivera, quien grabó el vídeo con su teléfono móvil, comentó que le dio mucho miedo cuando se escucharon los estruendos de las armas de grueso calibre a escasas dos calles donde se ubica el kínder, en el barrio de la Estanzuela del sur de Monterrey, capital de Nuevo León.
Explicó que es la responsable de aplicar los protocolos de seguridad que implementó desde el año pasado la Secretaría de Educación, los cuales instruían a los maestros sobre qué hacer en caso de situaciones de riesgo en los planteles.
«Grabé el video para tener evidencias, ya que así nos lo piden nuestros superiores que supervisan los protocolos de seguridad», afirmó la maestra.
El video ha sido reproducido en todas las grandes cadenas de televisión y ha tenido gran éxito en las redes sociales, a través de las cuales la profesora recibió numerosos mensajes de admiración y respeto por su actuación durante el tiroteo.
«Con la canción quería que se olvidaran del ruido de los balazos», apuntó Rivera, quien no aparece en el video, pero ya tiene más de 2.200 seguidores en su cuenta de twitter.
«No busqué ser famosa ni ser reconocida, solamente me encontré en el momento y con la inteligencia adecuada para mostrar nuestra realidad», respondió Rivera a través de las redes sociales.
La maestra de la ciudad de Monterrey contó que, en la zona donde se encuentra el jardín de infantes habían hecho ya varios simulacros por si se presentaba alguna situación de violencia, como el tiroteo de narcos en el que el viernes murieron cuatro taxistas y un pasajero.
Sin embargo, esta vez no era un simulacro: esta vez era real, tan real como las explosiones de bala que podían oírse. En ese momento, como acto reflejo, hizo que los pequeños apoyaran su cabeza en el piso y se calmaran cantando una canción del dinosaurio Barney.
«Lo único que puedo decir es que estoy muy orgullosa», afirmó Rivera, muy sonriente.