Lo aseguró Adefa en un comunicado. Días atrás el gobierno de Rousseff restringió el ingreso de autos argentinos en represalia a barreras aduaneras. El economista Germán Segré dijo que Brasil «negociará sin aceptar condiciones.
«Brasil advierte que no aceptará condicionamientos de Argentina», lo afirmó Roberto Giannetti da Fonseca, de la Federación de Industrias de San Pablo. «Es inaceptable que Brasil levante previamente las licencias», dijo Persiste la tensión por las restricciones comerciales».
Las automotrices que operan en la Argentina alertaron que el conflicto comercial con Brasil por las barreras aduaneras, pone en jaque la producción y el empleo en el sector y agregaron que también «plantean dudas sobre la marcha del Mercosur».
Así lo sostuvo el presidente de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), Aníbal Borderes, quien exhortó a los Gobiernos de Argentina y Brasil a solucionar las diferencias comerciales que amenazan con golpear con dureza a las ventas de las terminales locales.
En un comunicado de prensa, Borderes señaló que el conflicto «en principio plantea dudas sobre la marcha del Mercosur, que ha demostrado ser instrumento válido para el crecimiento y desarrollo de los países de la región».
Brasil decidió días atrás restringir el ingreso de automóviles de industria argentina en represalia a las barreras aduaneras impuestas por las Casa Rosada contra productos provenientes del Mercosur.
La medida amenaza con golpear con dureza a la economía argentina, dado que el 60 por ciento de los automotores que se producen en el país tienen como destino el mercado externo y un 80 por ciento de ello se dirige a Brasil, lo que determina que el 50 por ciento del total del intercambio comercial con el vecino país esté constituido por automotores.
Tras la decisión de Brasil, el Gobierno argentino le propuso a la administración de Dilma Rousseff negociar una salida para que la economía local no sienta el impacto del conflicto, pero ratificó las barreras aduaneras en pos de la defensa del trabajo
nacional.
En medio del conflicto, el titular de Adefa destacó que la industria automotriz argentina ha formulado importantes inversiones, particularmente en la última década, para moldear una matriz exportadora competitiva a nivel mundial.
Dijo que esas inversiones permitieron no sólo incrementar su participación en los mercados de la región, sino en otros de los cinco continentes.
El sector automotriz explica el 50 por ciento del crecimiento industrial de la Argentina y el sector cuenta con más de 30.000 puestos de trabajo de alta especialización y calificación.
En ese sentido, el empresario indicó que por cada puesto calificado en las terminales el sector genera otros cinco puestos en el resto de la cadena de valor, que hoy comprende a 137.000 trabajadores que representan 7,5 por ciento del empleo formal fabril.
Así, el titular de Adefa dijo que «se hace un deber alertar sobre los eventuales efectos que, sobre la producción y el empleo, puede generar la aplicación de estas disposiciones» aduaneras en el comercio bilateral.
Afirmó Borderes que el diferendo comercial ponen en riesgo en el mediano plazo los avances que se han registrado en la industria automotriz de ambos países, por un eventual deterioro de las condiciones e imagen que se deben preservar para que la región continúe siendo un polo de atracción de las inversiones que regularmente se deciden en las casas matrices.
Por ello, el empresario exhortó «a los gobiernos de ambos países a extremar los esfuerzos para arribar a un acuerdo que permita superar rápidamente las diferencias planteadas y continuar en la senda del crecimiento y el desarrollo del sector».
En ese marco, el economista Nadin Argañaráz recordó que el freno a las importaciones de autos es un tema “muy sensible” para Córdoba.
“Desde que Argentina amplió las licencias no automáticas se podría prever que los otros países no se iban a quedar de brazos cruzados. El caso de Brasil es muy sensible para Córdoba”, opinó el economista
“El problema de esto es que no afecta sólo a la industria automotriz, pero creo que se llegará a un acuerdo”, agregó.
A su turno, el economista Germán Segré aseguró que en este momento “hay un diálogo de sordos” que “no favorece a ninguna de las partes”.
“Desde el gobierno brasilero dicen: ‘Hace años que reclamamos y ustedes (en referencia al Gobierno argentino) no nos dieron bolilla”, explicó Segré sobre el ensamiento generalizado de los empresarios brasileros.
Para el especialista, la solución debe venir desde la política. “Debe haber una tregua rápida para que se estudie el caso en 24 ó 48 horas y no veo desde Brasil una mala predisposición del Gobierno Rousseff para sentarse a conversar”, señaló.
Pero aclaró: “En Brasil no aceptarán condicionamientos”.
Fuente Cadena 3.