A tan sólo tres días del ansiado evento, crecen las apuestas acerca del secreto mejor guardado de la corona británica en los últimos tiempos: el vestido de novia de Kate Middleton.
Según trascendió, a partir de hoy la futura princesa «no se probará más el vestido» hasta el próximo viernes, cuando salga a lucirlo ante el mundo para su enlace con el Príncipe William.
El nombre del diseñador continúa reservado, aunque una diseñadora cobró gran relevancia en las últimas horas. Se trata de la brasileña Danielle Helayel, creadora de la marca Issa y autora del vestido azul que Kate lució en el anuncio de su compromiso con William.
Aquel vestido, cuyo precio era de 638 dólares, se agotó en las tiendas en tan sólo 24 horas y el nombre de Issa -como directamente se apoda a la diseñadora- comenzó a resonar con fuerza en todo el mundo.
En esta ocasión, trascendió que la brasileña recibió una invitación a la celebración de la boda real, lo cual muchos consideran un indicio que Helayel podría ser la responsable del vestido de bodas.
Otra hipótesis apuesta por Sophie Cranston, diseñadora británica de la marca Libélula, de la cual Kate es fanática. Aunque la misma Cranston ha desmentido esa versión recientemente a US Weekly.
En tanto, hubo quienes afirmaron que Kate habría diseñado ella misma su vestido de bodas. Si bien la teoría suena poco probable, teniendo a su disposición los mejores diseñadores del mundo, todo puede ser con si se trata de «darle nuevos aires» a la tradición monárquica.
Sin ir más lejos, ayer trascendió que la novia real querría maquillarse a sí misma para la boda, tal como hizo para el anuncio del compromiso.
El peinado, en tanto, estará a cargo del estilista londinense de 33 años James Pryce, quien trabaja para el salón Richard Ward en el barrio de Chelsea.