A falta de un año para las elecciones, el presidente de Francia anunció que la ley regirá para las empresas de más de 50 empleados que mejoren sus dividendos.
A falta de un año para la elección presidencial, el presidente de Francia Nicolas Sarkozy anunció una ley que impondrá a las empresas privadas de más de 50 empleados el pago de una prima anual obligatoria si aumentan sus dividendos. «En todas las empresas de más de 50 empleados sometidas a la ley sobre la participación, si los dividendos distribuidos superan los del año anterior, tendrán la obligación de pagar una prima, negociada con los interlocutores sociales», es decir los sindicatos, indicó una fuente del Gobierno al término de una reunión gubernamental celebrada el miércoles para definir la medida.
La prima beneficiaría a los ocho millones de trabajadores de las 30.000 empresas privadas francesas que cuentan con más de 50 empleados. El plan ofiical es que entre en vigor este mismo año, meses antes de una elección presidencial que, según las encuestas, no favorece al actual mandatario.
«En las grandes empresas, si hay un fuerte aumento de los dividendos, los asalariados tendrán que recibir una parte y habrá que obligar a esas empresas a negociar», afirmó Sarkozy esta semana durante una visita a una fundición del norte francés, en una de las zonas más afectadas por el desempleo.
En esa misma región de las Ardenas (noreste), en diciembre de 2006, Sarkozy se reivindicó como el candidato «de la Francia que sufre». Fue allí donde lanzó su famosa frase «trabajar más para ganar más» en el apogeo de una campaña que lo llevó éxitosamente a la presidencia con más del 53% de los votos,
Pero la crisis financiera pasó también por Francia, donde el desempleo roza el 10%, y el poder aquisitivo está estancado por debajo de una inflación del 2%. Los organismos internacionales prevén un crecimiento de la economía francesa de entre 1,6% y 2% para 2011, insuficiente para reactivar el empleo.
En un principio el gobierno habló de una prima «de al menos 1.000 euros». Ahora dice que la cifra será negociada entre patrones y sindicatos, aunque establece que hasta 1.000 euros las empresas estarán exoneradas de aportes.
Esa modificación tranquilizó a la número uno de la patronal francesa (MEDEF), Laurence Parisot, que había calificado la iniciativa de «incomprensible» y «peligrosa». «Es una mala medida», dijo el presidente del comité de pequeñas y medianas empresas, Etienne Bernard. Un aumento de dividendos en las empresas que cotizan en bolsa «no es lo mismo» que en las pequeñas y medianas que «intentan crecer».
Los sindicatos admiten que la prima será bienvenida, pero reclaman una política salarial, empezando por un aumento del salario mínimo (que es de unos 1.000 euros), según Francois Chereque, responsable de la CFDT, segundo sindicato francés. «Esta prima dividirá a los trabajadores», advirtió el dirigente.
Mientras Sarkozy visitaba la fundición de Vrigne aux Bois, el gobierno decidía prolongar hasta 2012 el congelamiento del índice salarial que sirve para calcular el salario de los 5,2 millones de empleados estatales que no se beneficiarán con la prima obligatoria que el gobierno quiere aplicar este año.
Después de mantener durante meses un discurso centrado en la seguridad, la inmigración y el islam destinado a captar al electorado de extrema derecha, y ante la evidencia de un efecto bumeran, pues Marine Le Pen, candidata a la presidencia del Frente Nacional (FN), podría desalojarlo tras la primera vuelta de la presidencial, Sarkozy dio un giro hacia la temática social. Aunque por ahora no parece convencer demasiado, al menos en la prensa. «Nicolas Sarkozy, la improvisación prima», afirmaban esta semana los diarios franceses Le Monde y Liberation.