Durísimo cruce de los Fernández K: se acusaron de «energúmeno» y «cagón»

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No es la primera vez que se cruzan Alberto Fernández y Aníbal Fernández. Ambos acompañaron a Néstor Kirchner en su presidencia desde el principio.

«Aníbal se ha convertido en un energúmeno verbal, yo renuncié a mi cargo porque tenía diferencias con Néstor y Cristina. La diferencia es que nunca fui un obediente, siempre planteé las diferencias y no hice las cosas que otros hacen». Alberto Fernández decidió, tras dos ataques puntuales anteriores de Aníbal Fernández, contestar. Horas antes, el jefe de Gabinete le había dedicado una serie de críticas fuertes, que sin eufemismos incluían el calificativo de “cagón” hacia Alberto, y lo tildaba de no ser caballero y haber hablado de más sobre la gestión del matrimonio Kirchner tras su partida; de hecho consideró que se «cagó en la mitad del Gabinete».
No es la primera vez que se cruzan Alberto Fernández y Aníbal Fernández. Ambos acompañaron a Néstor Kirchner en su presidencia desde el principio, uno como Jefe de Gabinete, Aníbal como ministro del Interior, a pesar de que Alberto fue, con el Grupo Calafate en su momento, de los que tuvieron a su cargo la ingenieria política del kirchnerismo.
Aníbal Fernández, fiel a su estílo, agredió. Y esta vez no hubo silencio del otro lado. “Si uno se va, y es un caballero, no puede pararse de la vereda de enfrente a tirar piedras”, dijo Aníbal.
Los recelos entre ambos no son nuevos. Alberto tomó distancia aduciendo diferencias irreconciliables en su momento con el matrimonio Kirchner: “Dejamos de escuchar a la gente y no nos damos cuenta”, repetía en esas duras semanas previas al rechazo de las retenciones móviles a los granos en julio de 2008. Era la mesa chica de aquellos días, donde Alberto, Néstor y Cristina Kirchner y Oscar Parrilli con eventuales invitados tomaban las decisiones políticas.
Sin embargo, no hubo antes tanta agresividad en Alberto Fernández, siempre reconocido por su temple, a diferencia de la visceralidad del discurso del hombre de Quilmes.
Ahora la pelea es abierta. “No pienso responderle a quien no estuvo en la mesa de Néstor Kirchner”, decía antes Alberto. A partir de este ataque y de viaje por Nueva York, el enojo llegó enseguida y las palabras fueron claras: “Energumeno verbal”, para empezar, y después le endilgó una falsa cultura de la literatura de Arturo Jaureche.
Quienes conocen a ambos aseguran que en realidad lo que más irrita a Aníbal es que aún después de la muerte de Néstor Kirchner se haya intentado tender algún puente para conversar con Alberto desde Olivos.
«Yo prefiero entrar por la puerta grande e irme por la misma puerta», añadió el Fernández que ya no está en el Gobierno. Y cerró: «Él sabe qué me debe».

Fuente: CLarín

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