El joven fue hallado muerto en uno de los nichos de la Unidad Penitenciaria. Por el hecho fueron imputados el Jefe de Seguridad y el médico que lo asistió.
Familiares de Silvio Robledo marcharon este mediodía a Tribunales y por la tarde medio centenar de personas se reunió frente a la Cárcel en reclamo por «la demora en la causa» que instruye el fiscal de Instrucción Fernando Moine.
En la causa están imputados el doctor Cristian Peliche, médico de la Unidad Penitenciaria Número 6, y al jefe de Seguridad del penal, Franco Carboni, implicados por la muerte del joven recluso Silvio Robledo.
“El diablito” Robledo, de 26 años, apareció ahorcado en una celda de aislación de la Unidad Penitenciaria y desde un primer momento los familiares denunciaron que había sido víctima de golpizas y de abandono por parte de los responsables del centro carcelario.
El joven había intentado agredirse horas antes y habría pedido ayuda.
Testimoniales de otros internos -algunos de ellos derivados a cárceles del interior provincial- y los videos de las cámaras de seguridad habrían sido claves para las imputaciones.
Antecedentes
El fatal desenlace por el cuadro de depresión de Robledo es solo el último antecedente de una cadena de muerte que el Servicio Penitenciario no logró evitar.
El 16 de diciembre del año 2000, Mario Martínez, un joven con discapacidad murió quemado sobre un colchón en la celda número 2 de máxima seguridad.
Según señaló su abogado, el doctor Héctor Giuliani, al programa Nos sobran los Motivos de FM Gospel (Sábado, de 8 a 10), Martínez había sido declarado inimputable y sufría de hepilepsia. “Lo que robaba lo devolvía, no era peligroso”, afirmó Giuliani sobre el joven oriundo de Moldes.
Martínez se ató a un colchón de goma espuma -material prohibido en los sistemas carcelarios- y lo prendió fuego. Por las graves heridas fue trasladado al Instituto de Quemado donde finalmente falleció.
El caso fue considerado un suicidio y la Justicia nunca encontró otros responsables. “Jamás pudimos lograr una condena por este acto donde el alcaide de la Cárcel fue el principal responsable”, sostuvo.
Segundo hecho
En septiembre de 2007 el oficial César Criado se realizó un disparo con su pistola 9 mm. en el interior del penal.
El ex psiquiatra del establecimiento, doctor Jorge Alegría, admitió en diálogo con Telediario que el agente fallecido “estaba desbordado por las condiciones de trabajo”.
Añadió que una decena de penitenciarios reciben actualmente ayuda psicológica y calificó las condiciones de la Cárcel como “una bomba de tiempo”.
Criado se disparó en la sala de guardia y pese a los reclamos de la familia, la Justicia archivó el caso como “un suicidio”.
Tercer hecho
La muerte de Robledo en una celda de aislamiento suma dolor al debate por el estado de hacinamiento, la falta de recursos humanos y la incapacidad de asistir y recuperar a los detenidos.
Presos advirtieron que escucharon gritar “al diablito” en sus últimas horas con vida. El día del deceso, personal del Servicio lo halló agonizante, colgado de un trozo de la única frazada que lo cubría del frío en la celda de aislamiento.