Con respecto a la muestra del año anterior, creció el porcentaje de los consumidores de drogas ilegales los fines de semana, de un 16 a más de un 19%. «El consumo se muestra naturalizado y los mismos adolescentes que reconocen consumir drogas ilegales son los que afirman que producen adicción», explicó Cogno.
ESPECIAL, SEGUNDA PARTE
Un 13 por ciento de los adolescentes de 14 y 15 años encuestados por la organización Nazareth en 20 escuelas de la ciudad, admitieron haberse iniciado en el consumo de drogas ilegales.
El porcentaje se mantiene en todos los sectores, ya sea periférico como céntrico, colegios públicos o privados.
Al ser consultados sobre el diálogo con sus amigos por el impacto de las drogas, un 50 por ciento dijo que lo realizan «algunas veces».
«Esto nos demuestra que hablar sobre drogas no es un tema tabú para los adolescentes, por el contrario, ellos mismos reconocen la necesidad de hablar más sobre el tema y que la información real debe circular más por nuestra sociedad», señaló Javier Cogno, titular de Nazareth.
Con respecto a la muestra del año anterior, creció el porcentaje de los consumidores de drogas ilegales los fines de semana, de un 16 a más de un 19%.
«El consumo se muestra naturalizado y los mismos adolescentes que reconocen consumir drogas ilegales son los que afirman que producen adicción. Es decir, dejan explícito no conocer los efectos de las mismas», explicó Cogno.
El dirigente de la ONG que brinda tratamiento a los adictos consideró que «si bien existe un mayor consumo de drogas ilegales en los hombres, el porcentaje de mujeres consumidoras es cercano, lo que también nos demuestra una homogeneidad a la hora de consumir»
Prevención
Al reflexionar sobre los mecanismos de prevención, los jóvenes manifestaron que «es necesario mayor atención y acompañamiento de la familia».
«En cuanto a la educación, los alumnos expresan la necesidad de que se hable más de este tema en los colegios y en los ámbitos donde ellos se mueven. Reclaman mayor información, mayor concientización y una explicación clara de las consecuencias del consumo», afirmó Cogno.
Añadió que lo encuestados «también hicieron hincapié en que el aparato gubernamental se encargue de mejorar las condiciones de vida para que las personas no recurran a la droga como una manera de escapar de la realidad»