El lanzamiento se desarrolló ayer por la tarde, en el comedor Universitario. Los candidatos estuvieron acompañados por un grupo de seguidores. Criticaron a la actual conducción de esa Facultad.
Se lanzó este jueves la fórmula Adolfo Martino-César Barbero con miras a la renovación de las autoridades decanales de Ciencias Exactas, en representación de la agrupación Nueva Generación.
Fue en el comedor universitario, a través de una convocatoria a la prensa, que se concretó en horas de la tarde, oportunidad en la que los aspirantes a hacerse con la conducción de esa unidad académica formularon varias críticas a la actual gestión, muchas de ellas plasmadas en un documento que decidieron hacer público.
Martino tiene 51 años, es docente de Ecología y Educación Ambiental del Departamento de Ciencias Naturales, es doctor en Biología y licenciado en Ciencias Biológicas. Está casado y tiene tres hijas. Barbero tiene 50 años, es docente de Química Orgánica, en el Departamento de Química, es licenciado y doctor en Ciencias Químicas; también está casado y es padre de dos varones.
Adolfo Martino
– ¿Por qué decidió ser candidato a decano?
– Hace 30 años que estamos participando de la Universidad. Yo llegué acá en el año 1980 y en el ’82 ya andaba repartiendo panfletos en la Universidad. Hemos militado desde siempre, participando de distintas actividades como alumno, como graduado y después como docente.
Llegamos a una instancia en la que estamos dispuestos a dejar parte de nuestra vida académica, para dedicarnos si es posible a la conducción de la Facultad.
– ¿Qué diferencias mantienen con el oficialismo de la Facultad?
– Lo que venimos diciendo desde siempre. Queremos discutir la Facultad y eso significa que nos sentemos los distintos departamentos a consensuar un proyecto de Facultad. Acá los proyectos son más personales que institucionales. Eso es lo que ha sucedido con nuestra Facultad.
– ¿Qué cosas hay que cambiar en Exactas?
– Hay que potenciar cada una de las bondades que tenemos. Y corregir aquellas cosas en las que se ha fallado.
-¿Cuáles?
-Se ha fallado en no tener un proyecto de institución. Hay que poner un norte y potenciar la relación con el medio. Tenemos una desvinculación bastante grande con el medio. Se dice que hacemos extensión, pero no tenemos una acción clara, a través de un proyecto de Facultad. La deserción estudiantil es una de las cuestiones preocupantes. Tenemos que mostrar la Facultad para captar alumnos.
– ¿Qué diferencias tratan de marcar con sus adversarios?
– Lo que nos diferencia está no sólo en el pensar la Universidad, sino también en el accionar. Nosotros queremos transparentar todo lo que es el movimiento de fondos de la Facultad.
-¿No hay transparencia?
– Es algo que nosotros criticamos. No conocemos cuántos son los fondos que ingresan a la Facultad y cómo se distribuyen.
– ¿Habla de desmanejo?
– Es posible que haya un desmanejo. Históricamente venimos quejándonos de eso.
César Barbero
– ¿Cuál es la realidad de su Facultad?
– Una característica particular es que tiene departamentos disciplinares muy fuertes y eso está bien y le ha dado una gran fortaleza, pero por otra parte se ha terminado feudalizando. Cada Departamento piensa que tiene que tomar un pedazo de una torta presupuestaria, en desmedro de los otros. Hay toda una contienda y una serie de cuestiones que han llevado a cosas bastante graves. Por ejemplo, hay dos departamento, al menos, Geología y parte de Ciencias Naturales que están en emergencia edilicia, trabajando en edificios de cuando se fundó la Universidad, que eran provisorios en aquella época. Eso debió haberse resuelto hace mucho tiempo. Y otros departamentos han recibido más cosas, porque han recibido un determinado apoyo político. Las cosas se deben distribuir con criterios técnicos. La Facultad no tiene un plan de crecimiento. Y el nivel académico ha caído porque no hay presupuesto para la enseñanza de grado.
– ¿Qué cambió con la presencia de tres consejeros de Nueva Generación en el Directivo?
– El Directivo empezó a tener discusiones. Cuando no hay discusión interna se cae en el inmovilismo. La actual conducción reconoció explícitamente que el Consejo Directivo no presenta proyectos y que todos los proyectos los tiene que presentar el Decanato. Es terrible. Eso implica que el órgano que tiene que pensar a la facultad no la está pensando, simplemente está siendo un órgano burocrático.