241 días bastan. Al menos en Bélgica, donde, hartos de soportar la acefalía gubernamental, lanzaron una insólita propuesta para acelerar la elección de un nuevo ejecutivo.
La idea es sencilla, pero controvertida. Se trata de una huelga de sexo, propuesta por la senadora socialista flamenca Marleen Temmerman para presionar a los negociadores que deben formar un nuevo gobierno, según revela el diario español El País.
El plan está inspirado en una experiencia keniata. La senadora contó en una entrevista en el diario Le Soir, que en un viaje reciente al país africano, una mujer le contó que hace dos años ellas lanzaron una iniciativa similar cuando llevaban tiempo sin gobierno. Treinta días más tarde, el país ya tenía autoridades políticas.
«Hacemos un llamamiento a las mujeres, incluidas las parejas de los negociadores, a hacer una huelga de sexo con la esperanza de que eso acelere las cosas», explicó la legisladora.
Esta no es la primera desesperada propuesta lanzada en el país para intentar encauzar el camino institucional. El actor belga Benoît Poelvoorde recomendó a mediados de enero a sus conciudadanos que no se afeitasen la barba hasta que el país solucionase la crisis política más larga de su historia.
Además, el 23 de enero último se realizó la llamada «marcha de la vergüenza», que convocó a miles de ciudadanos en las calles de Bruselas.
Bélgica no tiene gobierno desde el 13 de junio de 2010. Johan Vande Lanotte, el penúltimo mediador nombrado por el rey Alberto II, dimitió en enero pasado.