Un menor identificado como Diego Armando López, murió ahogado ayer tras caer dentro de una boca de tormenta y ser arrastrado por la corriente.
El niño, de 8 años, jugaba con dos amigos en un charco, sobre la avenida 115, cerca de la intersección con Bustamante de la capital Misionera. El agua se encontraba frente a una boca de tormenta, que no tenía cobertura, aunque el caudal impidió a los niños advertirlo.
Debido a la presión del agua, los menores resbalaron y la corriente los transportó hacia la entrada del orificio, que abría el paso hacia los conductos que desembocan en un arroyo cercano.
Los dos amigos pudieron esquivar la trampa, pero Diego quedó preso, y sus amigos vieron cómo la apertura literalmente se lo tragaba.
Los menores corrieron a avisar a los padres lo acontecido, e inmediatamente, familiares, vecinos y amigos encabezaron la búsqueda. Luego se sumaron los Bomberos y la Policía.
Finalmente, cerca de las 18:45 hallaron el cuerpo sin vida del menor, en un arbusto ubicado sobre el arroyo, a ocho cuadras de donde había sucedido el hecho.
Un vecino del lugar manifestó que «nos cansamos de buscar, pero lastimosamente no pudimos encontrarlo con vida», informó el diario La voz de Cataratas. Por su parte, el Juez de Instrucción 2 de Posadas, Daniel Yaya, determinó que fue «un accidente, eso ya lo tenemos determinado, pasó a las 17:30 producto de la lluvia, los chicos estaban jugando frente al Club San Francisco y ahí le chupó el agua por el flujo de la cantidad de agua que estaba cayendo».
La policía continúa investigando con el fin de esclarecer el accidente, aunque todos los vecinos coinciden en que el desagüe no tenía la rejilla correspondiente.
En Posadas, el temporal fue realmente intenso. Calculan que en 30 minutos cayeron entre 17 y 19 milímetros de agua, y algunos arroyos como el San Juan incrementaron su caudal en un lapso corto de tiempo, lo cual provocó anegamientos en varias calles.